¿Quién se iba a anunciar en La Voz de la Calle?

La verdad es que nunca creí que La Voz de la Calle fuera a salir. Para sacar un periódico hace falta un pastón, más del que supongo tiene Lagunero. No hace falta un tío que se levante y decida sacar un periódico, hace falta mucha peña detrás dispuesta a poner mucha pasta a la espera de que un montón de grupos empresariales con pasta decidan anunciarse en el periódico. ¿Mucha gente con pasta de izquierdas? ¿Grandes empresas anunciándose en un periódico de izquierdas? Durante los meses de atrás no he visto ni una sola noticia en los medios de comunicación de masas acerca del “coming soon” de La Voz, pero la noticia de que no sale está en todos sitios ¿Más pruebas?. Se puede vender buen papel de izquierdas, Diagonal lleva años demostrándolo, pero desde la consciencia de la realidad y la modestia. Pasta, pasta, pasta…o mucho esfuerzo e imaginación.

¿Imaginamos nuestro medio? Yo estaría dispuesto a pagar seis meses por anticipado de un periódico de izquierdas de verdad (unos 180 euros). O algo similar. Si hubiera suficiente gente también dispuesta a “algo similar” como para cubrir el coste de la tirada que pretendía sacar Lagunero (90.000 periódicos diarios) –que no tengo nada claro que los números salgan- se podría hacer. No hay empresarios detrás, hay lectores. Llámenle crowfunding, llámenle cooperativa, llámenle club informativo. Llámenle como quieran. Y al loro que eso también conlleva un trabajo y una planificación titánica, que para tener ideas felices ya estamos nosotros.

Y esto suponiendo que tenga sentido sacar un periódico en papel en pleno siglo XXI. Para leer noticias de ayer ya tenemos unos cuantos, para leer las noticias cuando ocurren tenemos la web. ¿Pero el análisis? ¡Ah! el análisis serio y sosegado, eso que tanto echamos en falta en el relleno de kiosco. Para eso si creo que puede tener sentido el texto “pesado”: análisis, artículos de opinión y reportajes. Ahí, en construir contextos a este mundo de zapping, es donde pueden encontrar su sentido los buenos periodistas de hoy. Y por ello tienen que cobrar, claro.