Interferencias.

interferenciasMientras ordeno unos papeles que se cogían polvo en los rincones de mi habitación veo de soslayo algunos fragmentos televisivos. Hago tres apuntes a vuelapluma.

En el programa Enfoque de La 2 hablan de racismo e inmigración. Quizá no deberían sorprenderme tres cosas que allí se ha visto:
A. De lo que más se ha hablado es del «peligro terrorista islamista»

B. Amando de Miguel es un perfecto … Declaro aquí mi odio por este personaje.

C. Trinidad Jimenez le ha dicho al sujeto citado con inmediata anterioridad que quería «manifestar la contrariedad con su opinión, que por supuesto es respetable». Pasaremos por alto que la buena señora no habla demasiado bien y su vaciedad de oficio pero ¿por qué le parecen respetables unas opiniones racistas y repugnantes? El durante años sociólogo de cabecera de la opinión pública española había escupido algunos de sus habituales «exabruptos educados» contra «los mulmanes», así, a «grosso modo».

Al acabar el programa, mientras encuentro un cuaderno que daba por perdido, aparece Pedro Erquicia por la pantalla con su Documentos TV. Hoy va de occidentales encarcelados en las terribles cárceles de Bangkok, al más puro estilo Expreso de medianoche. Su situación es crítica desde luego pero ¿lo es más que la de los miles de encarcelados tailandeses que salen de fondo?

Ya no recuerdo haber visto otra cosa hasta que una voz familiar me ha hecho rotar la cabeza sobre el eje de mi cuello para, con la alegría de recibir al hijo pródigo que regresa a la parrilla cada semana, ver a Mercedes Milá en otro de sus ejercicios de alto periodismo de investigación. He visto la entrevista a Charo Reina a propósito de su fascismo juvenil. Nada, que la chica se enamoró de un dirigente de Fuerza Nueva y le dio por arengar con su camisa azul en mítines a los chavalines. Hoy las dos lo recordaban de colegueo, «venga Charo no te veo a ti, no te creerías nada de lo que decías». Más repugnancia.

Y digo yo…¿por qué perdí la costumbre de escuchar música mientras hacía otras cosas?

2 thoughts on “Interferencias.

  1. Lo de los presos me ha recordado a lo que ocurre cuando hay una gran catástrofe natural en un país y los periodistas españoles se centran en «nuestros compatriotas» que lo han sufrido. Con lo del huracán de México estuvieron entrevistando a una pareja que había ido de luna de miel a Cancún y les pilló el huracán. Quitando el susto que pasaron y el mal rato. Ellos están hasta saliendo por televisión, bien sequitos y luego se irán a su casa. Yo pensaba en todas las personas que se han quedado sin nada y con la vida destrozada.
    En fin, el periodismo apesta bastante y Mercedes Milá se lleva la palma. ¡Encima va de progre hipermoderna cuando es una casposa! Por suerte no he visto sus reportajes de periodismo de investigación. Ya que investiga que lo haga sobre en qué se gastan los miembros de la corona la beca que les damos sin concurso y sin más mérito que el apellido.

  2. A mi lo que me sorprende es que sigan llamando a programas de televisión a personajes cuya ética y estética no dejan lugar a dudas: son repugnantes (por ejemplo Amando de Miguel).

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