La lealtad.

El tema del café y el croissant (¿se escribe así?) es hoy la cara de cornudo apaleado de Simancas. No hay duda que la política y la fidelidad son “aguaceitosas”.

No hay lealtad en esta política audiovisual y circense. La gente es leal a una marca de cigarrillos, a una casa de putas, a su liturgia mañanera, a los genes (aún negándose a veces), a la pajilla de buenas noches, a recuerdos felices inventados, a la nueva de Woody Allen cada año, a sus parejas a veces, a su conciencia de día, a sus ideas los menos, a las palabras ni en broma…

La gente es leal a un amigo de verdad por más que pasen los años, a unos principios, al poso de los sueños cuando aún no se habían agriado. Seamos optimistas con la gente por un día hombre.