Las viejas imprentas

“Nada que no sea ficción vende más de 500 unidades, de manera que el sistema de producción tradicional carece por completo de sentido”. Joaquín Rodriguez enumera las razones de por que la actual industria editorial está en un callejón sin salida y la única salida es la impresión a demanda. Yo creo que, siendo verdad esto en general, la vieja impresión – muy superior a la digital – tiene aún cabida en el siglo XXI: será la eliminación de intermediarios y la consagración del libro en papel como un objeto de valor afectivo lo que -en paralelo al consumo masivo de lectura en digital- las resituará en el mapa.