Estaba sentado con tres amigos el otro día ocioso, charlando de lo mundano y lo inhumano y se nos acercó una pareja, un chico y una chica rubios que nos abordaron simpáticamente.
-Hola, somos de un grupo cristiano y nos gustaría enseñaros un corto humorístico que hemos hecho -pónganle acento de vendedor de coches de segunda mano estadounidense.
Yo, que soy provinciano, de las provincias de la vieja Europa, le pregunté dónde íbamos a ir a ver la película, pero antes de que pudiera terminar el afable muchacho había sacado de uno de esos zurrones modernos tan de moda un flamante dvd poratil. Y ahí nos tienes a los cuatro sonriendo forzadamente para no molestar los estímulos creadores que les habían impulsado a filmar aquella epopeya de la risa. Porque gracia ninguna desde luego. Para que se hagan una idea: un hombre se queda encerrado en un baño que deja a aquel de Trainspotting como los servicios del Buckingham Palace. En su empeño por salir de allí mete la mano en un cubo de mierda, se le cae el móvil en el mismo, entra a cagar unas cuantas veces (con ruidos que os podéis imaginar incluidos)…En fin todo muy gracioso y muy espiritual, confundiendo escatología en su acepción espiritual con su otro significado como “Tratado de cosas excrementicias”. Cuando pensé que la humorada había terminado aparecieron unos chicos muy muy modernos, con sus “piercings” y rastas (como los de algún anuncio contra las drogas que todos tenemos en mente) hablando de Jesús el salvador. No quiero ofender a nadie pero es entonces cuando tuve que reprimir realmente la risa. Y el final apoteósico: una luz entra por la ventana del cochambroso baño y salva al pobre hombrecillo, que está ya tirado en el suelo entre orines y barro. ¡toma metáfora para trascender!
En el cine-forum que tuvo lugar allí mismo, en el banco en el que nos encontrábamos, el amigo misionero (pues su compañera tejana era una mera discípula que no abría boca) tuvo que lidiar con sensibilidades ateas de distinta ralea:
Mi amigo Kike, con las reminiscencias evangélicas que le quedan de sus tiempos mozos cuando fervoroso creyente, trataba de formarle en las teorías científicas del Big bang, de la “primigenius soap” y demás fundamentos científicos sobre la creación de la vida. Y es que Kike es un tipo muy preocupado por estos temas y no se pierde un documental. Yo por mi parte trataba de explicarle que no encontraba fundamento histórico alguno no ya a la veracidad de las religiones cristianas, sino que ni siquiera a la existencia de la figura histórica de Jesús.¡Si hasta hablamos de los escritos de Flavio Josefo! Y Antonio atacó por el lado político, preguntándole si estaba de acuerdo, y veía compatible con las enseñanzas de Jesús, la política exterior estadounidense y tradiciones tan suyas como la pena de muerte. Pues sí, efectivamente nos confirmó que son dos elementos fundamentales en su modelo de sociedad (siempre sin perder una mueca de amabilidad que ganas daban de besarle al chico), y que cada día rezaba por George Bush, porque se esté o no de acuerdo con él en aspectos puntuales es el líder de su nación. Aquí ya la discusión, siempre guardando las formas (demasiado), se volvió de un extravagante que da “miedo-risa”. Como muestra un botón: mi amigo Kike habló de las cosas maravillosas de la vida que podrías perderte en nombre de la religión (por supuesto hablamos del sexo), a lo que nuestro rubio amiguete respondió que él se lo pasaba muy bien haciendo otras cosas como jugar al frisby… Poco más que hablar después de unas cuantas aseveraciones como esta y eso sí antes de irnos hice algo que siempre he querido: le apunté mi página web porque siempre he querido hacer proselitismo entre los misioneros, ya está bien de que siempre sean esas simpáticas parejeas trajeadas los que te regalen “el libro de mormón” a ti.
Cuando nos marchábamos le pregunté a mi amigo David, el único que no había abierto la boca, el por qué de su “invisibilidad”. Hay que aclarar que a él le toca eso mismo la religión pero se declara católico sólo por llevarnos la contraria (doy por seguro que cuando está con otros amigos imposta una personalidad jacobina). Me respondió que lo único que se le venía a la cabeza era como quitarle a aquellos dos el flamante DVD portátil. Ante nuestra mirada atónita nos dijo “que es broma coño” y los cuatro nos reímos.
Advertencia: Todas las situaciones aquí descritas son verídicas, ningún nombre ha sido cambiado para preservar su personalidad porque donde hay confianza ya se sabe.