Hasta hace un ratillo en que por casualidad he llegado a su biografía pensaba que Hedy Lamarr era sólo una bella actriz de cine añejo. Su imagen ha pasado a la historia como la de la dama desnuda de la película Extasis, el primer desnudo integral en una película comercial de hecho. Posteriormente su marido, Fritz Mandl, miembro del partido nazi, intentará comprar todas las copias de la película. Dice la leyenda que Lamarr, que trabajaría también en Hollywood después de huir de su marido, fue el modelo en el que Bob Kane se inspiró para dibujar a Catwoman.
Pero antes de tirar por la senda del artisteo Lamarr había estudiado ingeniería y estando aún en activo, al filo de la década de los cuarenta, depositó en la oficina de patentes la técnica de conmutación de frecuencias, muy importante para la telefonía móvil y la transmisión de datos sin cables. Otros de los inventos de la actriz-ingeniera son un sistema de control remoto de torpedos o una técnica de alisamiento de cutis.
Los inventos de Hedwig Eva Maria Kiesler (así se llamó hasta que el mítico Louis B. Mayer la rebautizara para sus andanzas hollywoodienses) no se llevaron a cabo hasta años después de que ella los concibiera, y en el panorama de la época (en gran medida aún ahora) las actrices siempre eran consortes en la pantalla. Por eso dijo en algún momento con gran ironía que “cualquier chica puede ser glamorosa. Lo único que tienes que hacer es quedarte quieta y parecer estúpida», y por eso no deja de ser paradójico se la recuerde por su silueta desnuda (y que conste que en esto también fue una adelantada, que no quito mérito).
Actualmente el día del inventor se celebra el 9 de noviembre, el día de su cumpleaños.