Scuttlers. De cuando el fútbol sirvió para controlar a las bandas juveniles

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Estos días estaba  leyendo cosas sobre los scuttlers (pandilleros juveniles de Manchester, y por extensión británicos, durante finales del XIX y principios del XX). La cosa se puede conectar con algunos acontecimientos tristes de la actualidad y da para pensar que las cosas no son siempre unívocas.

Podemos partir de 1890. Aunque el fenómeno viene de atrás, este año se produce una pelea que implica a cerca de medio millar de jóvenes. La pelea fue muy sonada, la madre de todas las broncas en Manchester.

A pesar de que las refriegas entre estos jóvenes de la clase obrera inglesa  fueron frecuentes, apenas se registraron víctimas mortales durante estos años. Se trataba más bien de rifi-rafes territoriales, pese a lo cual la prensa y la literatura crearon una imagen de terror de ellos  y de su indumentaria (solapas, gorrilla, pañuelo, flequillo…) que llegó a ser asunto de interés nacional.

Se trata de un fenómeno común a todas las urbes capitalistas del momento: la creación de un estereotipo que generara miedo a las clases bajas, localizadas desde aquellos mismos años en sus propios “barrios bajos”.  Desde la prensa empezaron a llamarlos hooligans, una referencia racista a un apellido irlandés, y empezó también a aparecer literatura que abundaba en el prejuicio y la criminalización.

En París fueron los Apaches, en Madrid –pese a ser una ciudad más “industriosa” que industrial- los “golfos”, y en Barcelona los habitantes del Barrio Chino. La historia de cómo empezó a llamarse, ya en los años veinte, así al Raval, es significativa de cómo el fenómeno se repite en todo el mundo occidental: un periodista inventó el nombre porque vio una peli en la que salía el barrio Chino de San Francisco, y lo nombró igual en prensa porque en ambos se daba la prostitución, la trata de blancas, etc.

No se trata aquí de decir que en la vida de estos chicos no apareciera el ingrediente de la violencia (de hecho la violencia estructural atravesaba sus vidas y la violencia física estaba presente en aquellas calles), sino de explicar que se construyó una “identidad del enemigo” entorno a este elemento. Y sólo a este.

Las autoridades acabaron con el fenómeno mediante la represión y el encuadramiento social: programas educativos especiales o condenas ejemplares (algunas a trabajos forzados)…pero también se canalizó su tiempo a través de la popularización de espectáculos de masas como el cine o el deporte

Así, nació el  St. Marks Football Club, que unió y acogió a los chicos del barrio de West Gorton, en Manchester. Desde 1984 este equipo se llama Manchester City F.C.