Espacios en nuestras bibliotecas
Para este tema, sigo a José Pablo Gallego León, tanto en el libro que es fruto de sus tesis doctoral Los edificios de bibliotecas universitarias. Planificación y evaluación (TREA, 2017), como en Espacios de biblioteca: presente y futuro (UOC, 2021).
El RD 557/1991 sobre la creación y reconocimiento de Universidades dice que la biblioteca universitaria debe poder acoger al menos al 10% del alumnado.
Contamos con la definición de áreas contenida en el informe técnico ISO/TR 11219. Para evaluar la consistencia de los espacios bibliotecarios (zona de entrada, área de préstamos, espacio para la lectura y el estudio, área de servicios especiales, de almacenamiento de la colección, espacios para eventos y exposiciones, servicios técnicos, área de administración, áreas exteriores…)
A día de hoy cabría añadir cabinas individuales y de grupo, aulas informáticas, laboratorios de idiomas, sala 24 h….
Y espacios de última generación como el maker space u otro tipo de espacios creativos
*incluir Maker
El reto de diseñar espacios adecuados a las necesidades actuales de la universidad
La forma de las bibliotecas ha ido cambiando a la vez que el uso de las mismas. Por ejemplo, el auge del libre acceso determina la forma aún hoy predominante de las salas de estudio y lectura. En todo caso, por primera vez el cambio de las bibliotecas no gira alrededor del libro impreso y su espacio va girando hacia lo comunitario o tercer lugar. Es un cambio de paradigma que está en marcha.
En relación con esto, son tendencia hoy en día el perfil cuadrangular, la distribución que favorezca la circulación, el acceso, la flexibilidad de los espacios y su extensebilidad.
Equipos de trabajo para planificar espacios: del arquitecto a la comunidad pasando por el bibliotecario
Es conocida la historia de Maekawa, bibliotecario jefe de la biblioteca de Hino (Japón) que en 1965 comenzó su biblioteca solo con un transportador de libros, declarando que “una biblioteca puede existir sin un edificio, los servicios de una biblioteca no dependen de él”. Resultó una crítica a la arquitectura de las bibliotecas imperante hasta el momento que no ponían el servicio en el centro y a menudo eran barreras para los usuarios y a la ausencia de bibliotecarios en los procesos de diseño de los espacios.
Desde entonces, la necesidad de que los bibliotecarios estén involucrados en la concepción de los edificios y espacios bibliotecarios está asumida pero aún debemos avanzar hacia la presencia de la comunidad en la organización.
Es tendencia establecer equipos de trabajo que representen a la comunidad implicada en la biblioteca, por supuesto incluidos los usuarios, siendo central la figura del director del equipo.
Un caso de éxito al respecto es la biblioteca de Tolousse 2 Le Mirail, hecha tras el trabajo de un grupo de bibliotecarios, profesores, técnicos. Se escuchó, además, a los estudiantes, a los trabajadores, usuarios discapacitados…El equipo redactó el pliego del concurso. Otro ejemplo similar la Open University (Hunt, 2008).
En el campo de las bibliotecas públicas, tenemos cerca en el tiempo y el espacio el caso de la nueva biblioteca del barrio de San Fermín (Madrid), llevada a cabo tras un proceso de urbanismo participativo que ha incluido tanto al espacio como al modelo de biblioteca y su espacio circundante.
Dentro del cambio de paradigma de la universidad para el aprendizaje, la docencia y la investigación, las bibliotecas universitarias necesitan asociarse con otros servicios de la universidad (posgrado, informática, idiomas…) o instancias como asociaciones universitarias o grupos de investigación.
En este viaje, está cambiando el equilibrio entre el espacio dedicado a los usuarios y a la investigación, dentro del paradigma del diseño centrado en el usuario. La biblioteca como ágora.
Evaluación de espacios
Las normas ISO 2789:2013 (Information and documentation — International library statistics) o ISO 11620:2014 (sobre Indicadores de rendimiento para bibliotecas) se centran en aspectos cuantitativos de los espacios. Por otro lado, las encuestas de satisfacción generales de las universidades suelen centrarse más en la satisfacción de los servicios.
La evaluación de los espacios bibliotecarios, (más allá del conteo de accesos, los metros cuadrados o las horas de apertura) es una preocupación relativamente reciente, que se puede rastrear en las distintas bienales de la Association os Rearch Libraries, llamadas Library Assesment Conferences.
Nos movemos a modelos que ponen de relevancia aspectos cualitativos, más basados en la perfección. Un buen ejemplo de ello es LibQual+
El propio José Pablo Gallego León, propone un formulario propio en su trabajo basado en los mandamientos de Faulkner-Brown y McDonal para la evaluación de los edificios de biblioteca. Las características que propone como adecuadas a tenor de nuestros tiempos son:
Adaptable
Variado
Funcional
Accesible
Confortable
Eficaz y eficiente
Ecológico
Seguro
Estético
Impactante y de calidad
Bibliotecidad
José Pablo Gallo León habla de bibliotecidad (librariness en inglés) para referirse a la esencia de lo bibliotecario, la cualidad de biblioteca, lo que comparten todos los tipos de bibliotecas que han ido modificando su forma a lo largo de la historia. A pesar del cambio de funciones y servicios, todo el mundo sigue sabiendo lo que es una biblioteca y la identifica cuando está en ella (ethos). Hay que buscar que no se pierda ese hilo a la hora de diseñar los espacios, podemos modernizarlos, pero no podemos perder de vista que caemos en el peligro de la sturbackización del espacio, haciendo que la gente no reconozca estar en una biblioteca y, por lo tanto, caer en la irrelevancia, lo contrario de lo que se busca.
Si bien en el aspecto de sus funciones, la biblioteca universitaria tiene un perfil diferente que la biblioteca pública, puede aprender de funciones que esta viene llevando a cabo desde hace mucho tiempo, como la atención a distintos grupos de edad. La Biblioteca Robarts de la Universidad de Toronto abrió en 2018 un espacio de estudio familiar. Existen espacios similares en las universidades de Estados Unidos. La sala tiene capacidad para 20 personas e incluye lugares de trabajo, juguetes y muebles de tamaño infantil, perfectos para los estudiantes-padres que se ven obligados a llevar a sus hijos al campus. Unos años antes, una experiencia similar se había llevado a cabo en la Universidad de Cuenca en Ecuador fue pionera en este servicio, pues ya ofrecía un espacio infantil para dar acogida a los hijos de los padres estudiantes.
Space as a Service
El espacio como servicio es un concepto emergente en el campo de la biblioteconomía académica. El informe 2021 OCLC report New Model Library: Pandemic Effects and Library Directions, dice que «La pandemia reafirmó el valor de los espacios físicos de las bibliotecas, ya que los responsables de las mismas se vieron presionados para permanecer abiertas, reabrir y reducir las restricciones de los edificios. . . . Los cierres de edificios pusieron de manifiesto la importancia de tratar los espacios de las bibliotecas como un servicio que apoya a las personas que se reúnen para utilizar la biblioteca con diferentes fines. Desde esta perspectiva hay que entender el espacio común.
Desde este punto de vista el préstamo de portátiles, recientemente mejorado con los armarios de autopréstamo es un ejemplo de esta perspectiva, junto con el diseño modular y la diversidad de espacios, que ya hace años que son tendencia en el diseño de espacios.
Las instalaciones de la biblioteca como un nodo integrado socialmente y en la ciudad
La biblioteca sostenible, además de construirse bajo parámetros de eficiencia energética también debe pensarse hoy como espacio público en relación al contexto climático: como Centros de Resiliencia Climática (o refugios climáticos), con la experiencia en marcha de la ciudad de Barcelona, donde las bibliotecas se están uniendo a otras instituciones (mercados, centros culturales, deportivos, escuelas, etc.) para articular una red de refugios señalizados y adaptados para servir de refugio climático.
También puede ser centro de creación y explotación de datos dentro del paradigma conectado de las Smart Cities, así como contenedor de laboratorios ciudadanos, para lo que probablemente, más que adaptar sus espacios tiene que abrirlos a la sociedad.
*Incluir ODS
*Incluir ciencia ciudadana
*Urbanismo de género y biblioteca?
*Tercer lugar
*Modelo de los Cuatro espacios
*Palacios del pueblo