Coca-Cola ha menudo ha servido como imagen reflejada del capitalismo, hasta tal punto que suena demasiado manoseado el asunto. Sin embargo es de celebrar este libro de libre distribución que nos ofrece Rebelión, análisis de la historia de la refrescante bebida(a la que para que negarlo estoy completamente enganchado), nada de tópico pues, ensayo documentado.
El autor es Gustavo Castro Soto, perteneciente a la organización chiapateca CIEPAC (El Centro de Investigaciones Económicas y Políticas de Acción Comunitaria,). Pasen y lean.
La Compañía Coca-Cola y algunos de sus directivos, desde tiempo atrás, han sido acusados de estar involucrados en evasión de impuestos, fraudes, asesinatos, torturas, amenazas y chantajes a trabajadores, sindicalistas, gobiernos y empresas. Se les ha acusado también de aliarse incluso con ejércitos y grupos paramilitares en Sudamérica. Amnistía Internacional y otras organizaciones de Derechos Humanos a nivel mundial han seguido de cerca estos casos. Desde hace más de 100 años la Compañía Coca-Cola incide sobre la realidad de los campesinos e indígenas cañeros ya sea comprando o dejando de comprar azúcar de caña con el fin de sustituir el dulce por alta fructuosa proveniente del maíz transgénico de los Estados Unidos. Sí, los refrescos de la marca Coca-Cola son transgénicos así como cualquier industria que usa alta fructuosa. ¿Se ha fijado usted en los ingredientes que se especifican en los empaques de los productos industrializados?