Levantarme, estirarme, hacer un pis, paseos a la cocina y encender el ordenador. Precisamente hoy hace un año que se me heló la rutina mañanera, había muerto inesperadamente Javier Ortiz. Anoche me acordaba de él con un whisky y la viñeta de Ricardo y Nacho que me dio Charo en una reunión de amigos de Madrid a los que nos unían esas benditas rutinas alrededor de la página del Ortiz. Quedan amigos y miles de palabras sensatas que Iturri sigue agitando cada día. Durante estos 365 días mi vida ha cambiado un poco, un trabajo nuevo y una hija aún sin nombre en camino que me hacen un poco más…diferente, un poco otro eltransito supongo, y sin embargo cada día ante cada titular desasosegante que nos arrincona a hostias sigo haciendo lo mismo, perguntarme que diría sobre esto JOR. Desde Jamaica.
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