El lado opuesto del «que inventen ellos».

Básicamente en los medios se da por buena sin más la explicación de que franceses y holandeses han votado en virtud de cuestiones de política interior, castigando a sus gobiernos. Vamos que son gilipollas, no como los españoles. Se acusa a la clase obrera de conservadora pero es que hay derechos adquiridos durante siglos que hay que que conservar. No se trata de excluir a los nuevos europeos de esos derechos laborales y sociales sino de conseguir extenderlos, y lo que el texto a examen ( a evaluación, debate y voto allí, no como aquí) desprende no son aromas sociales precisamente, más bien parece querer segarnos las piernas de los derechos para igualar por abajo. Con un mayor debate quizá no hubiéramos asistido a los límites abstencionistas del referéndum español. Seguramente hubiera ganado igualmente el SI, porque aquí no estamos acostumbrados a desdecir a nuestros representantes en el Parlamento, pero al menos el resultado sería más legítimo en si mismo y no hubiera hecho falta legitimarlo a través de la maquinaria propagandística de los medios privados de opinión. Claro que por otra parte están los que hablan abiertamente en términos vergonzosamente indignos sobre “estar del lado de los vencedores” y no del lado de las convicciones, sean cuales estas sean.

One thought on “El lado opuesto del «que inventen ellos».

  1. A mí me parece que en general las «lecturas» que se han de los resultados electorales son para todos los gustos o más bien según el lugar de dónde se esté y lo que más favorezca a cada quien. Creo que decir que se ha votado por este o aquél motivo es simplificar demasiado. Uno puedo votar por un motivo en concreto, dos, tres… Lo que no se puede hacer es una portada como la del periódico gratuito Qué! ayer ponían: perdemos 2-1 pero Europa no corre peligro. Totalmente simplista y sensacionalista, explicándolo utilizando un símil futbolístico para que «la gente de la calle», «la gente normal»… lo entienda sin muchos problemas. Tal vez sea uno de los problemas que tenemos aquí es que desde el poder y los medios de comunicación que defienden el sistema liberal-capitalista piensan que la gente es imbécil o cuanto menos muy manipulable. Yo quiero pensar que hay mucha gente que ha votado NO, como muchos hemos hecho en España, porque no está de acuerdo con la construcción de Europa que se nos está imponiendo desde las alturas de los poderes económicos y financieros. Yo no entiendo mucho de Derecho pero me da la impresión que no cuadra mucho que la ley más alta y que va a ser de la que emane todo no la elijamos primero por medio de unas elecciones legislativas y después por un referéndum. No sé qué legitimidad tiene una constitución que sólo es refrendada directamente por el pueblo en menos de la mitad de los países miembros (en Alemania, por ejemplo, la refrenda el parlamento). Para mí ese ha sido uno de los motivos principales por los que voté no. Además lo que leí de la constitución, no mucho, me pareció poco claro y no puede ser que para entender algunos artículos tenga uno que ser una persona iniciada en el lenguaje jurídico prácticamente. Ya el remate fue cuando esta semana oí a la ex-ministra De Palacio (parece ser que una de las redactoras o promotoras del tratado este) que fue un empeño personal de ella que se pusiese el nombre de Constitución a este tratado. Poco menos que para entendernos, que aunque en realidad no es una constitución la llamamos así para que todo el mundo la entienda.
    Cada vez estoy más desencantado, si cabe, con este sistema democrático. Da la impresión de que en muchos aspectos nos hemos quedado estancados y lo peor es que en otros muchos estamos retrocediendo de manera preocupante. Es lo típico, se producen cambios paulatinos, flexibilidad laboral, facilidad de los despidos, privatizaciones para liberalizar mercados que supuestamente redundan en el beneficio de cliente-ciudadano, reducción del papel del estado(=administración pública y poder delegado del pueblo), legislación que favorece al que tiene el capital frente al obrero… Todo esto y ahora una constitución que nos reconoce muchos menos derechos que la que tenemos en España, ya no aparecen. Esto es una puerta abierta para dar otro paso atrás.
    Creo que este sistema es un auténtico fracaso, hace mucho tiempo que el poder político ha dado de lado al pueblo y se ha unido al poder económico que ahora mismo es que realmente gobierna y para muestra tenemos esta «constitución». Al menos queda claro que en varios países la gente está en contra.

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