Las fiestas de mi barrio.

El día de la fiesta nacional, de la raza, o día de la hispanidad, es también el día de la patrona de mi barrio, de las fiestas de mi barrio más bien porque las advocaciones religiosas no están presentes gracias a Diós en las modernas celebraciones vecinales(al menos no en las de barriadas de relativamente poca antigüedad).

Las cosas están cambiando, el barrio del Pilar es un barrio muy popular (aunque engloba zonas de mayor estrato social y de ahí que los resultados electorales sean realmente “populares”). Es reconfortante ver gente de todas las procedencias bailando los pasodobles de la orquesta de turno, de esas que alternan en sus miembros aspirantes a Bisbal con guitarristas a los que se les escapan los rifs de Los Suaves en medio de Paquito el Chocolatero. Grupos de chavales correteando entre las parejas (chinos, marroquíes, españoles…todos juntos). Esperemos que sea una señal de integración en siguientes generaciones.

En la caseta del PP se advierte que los orgullosos “paterfamilias” engominados de otros años han dejado paso a camareros a todas luces contratados, extranjeros en su mayoría. Y los chavales del barrio, y algún que otro veterano de esos que ha pasado por todas las generaciones de hermanos en el parque, divirtiéndose en las casetas de la asociación cultural Expresiones y de la Asociación vecinal La Flor, también de La Piluka.

Reconforta de vez en cuando sumergirse en la muchedumbre y poder sonreír. A menudo me dan ataques de misantropía al enfrentarme a las reacciones de la gente, viene bien confraternizarse con el mundo de vez en cuando.