Mili KK, y son ya diez años

Se lo escuché en un concierto al beno de Cutillas: algo así como “cuando me dicen que soy un utópico por las luchas que emprendo me río porque yo ya estuve inmerso en una batalla que ganamos, la de la insumisión al servicio militar. También esa batalla decían que era imposible y la ganamos ¿por qué no las demás?»

Se cumplen diez años ahora de la supresión “La Mili”, lo recuerdan Daniel Bellón y Jesús Gómez (entre otros):

La ministra de Defensa mira un bombo dorado, uno de los que se usaban para sortear los destinos del servicio militar obligatorio. Han transcurrido diez años desde que el Estado admitió su derrota ante la ciudadanía y ahora toca decir que las cosas no fueron como fueron; que no se perseguía; que no se inhabilitaba; que no se procesaba; que no se condenaba a prisión; que los políticos y los medios del PSOE y del PP no nos criminalizaron a los objetores de conciencia primero y a los insumisos después; que ellos siempre estuvieron a favor de la gente.

En 1989, otro ministro del PSOE, Enrique Múgica, amenazaba con «todo el peso de la ley» a los objetores y nos acusaba de «desestabilizar el Estado democrático y estar apoyados por los radicales y los violentos»; doce años después, el Estado borra de la ecuación a los objetores y festeja el fin del SMO como un triunfo propio. En principio, sólo parece un chiste de los muchos que conforman la transición y sus componendas derivadas; pero es bastante más que eso: es un intento de subvertir nuestra historia política.

Sigue leyéndolo en el blog de Jesús Gómez. Os adelanto que acaba como Jesús Cutillas: «Nos enseñaron que no hay nada imposible y lo pusimos en práctica. Ése es el camino».