No podemos dejar de ser exuberantes. Una respuesta a la declaración de huelga de la Comisión de Extensión Internacional de Sol

La Comisión de Extensión Internacional de Sol se ha declarado en huelga de actividades. Se declara en jornada de reflexión-activa indefinida.

En un texto en el que constata que el 15M ha perdido visibilidad y participación, se pregunta si no será más productivo parar la actividad dispersa de “cientos de grupúsculos” para volver a juntarnos todos. La declaración Extensión Internacional tiene la virtud de plantear preguntas necesarias pero en mi opinión yerra en su única conclusión.

La semana pasada en mi barrio –Tetuán- tuvimos una charla sobre Renta Básica, otra sobre okupación, la reunión para formar un grupo de consumo (van dos) y volvimos a hacer un mercadillo de trueque, esta vez con los niños por protagonistas. Además salió el tercer número de un periódico en papel que cada vez nos queda más gordo, nos emocionamos con las palabras de Tati Almeida, madre de la Plaza de Mayo que tuvo la gentileza de visitarnos, y acabamos la asamblea bailando desenfrenadamente.

Cada una de esas actividades es un pasito minúsculo pero irrenunciable para hacer un Tetuán mejor, y por ende, también un mundo mejor. Cada una de esas actividades es una partícula de ánimo que nos empuja a seguir luchando y que consigue tensar las fibras de una comunidad incipiente.

Y todas estas acciones son posibles gracias al trabajo entre semana de la gente en las comisiones, en los bares, que son nuestros cuarteles de invierno, o en la red. Sin ese compromiso, activista si se quiere, esos pasitos son imposibles. No hubiera sido posible bailar sin el trabajo de las compas de Dinamización.

Personalmente, lo que más me preocupa del texto es que pone en evidencia una pequeña (o gran) tragedia del 15M, que es su dependencia anímica de la masa. Es un poco lo que los críticos más inteligentes llaman movimentismo o emocionalidad. Pero la multitud puede ser inteligente e incendiaria en vórtices impredecibles como los del 15 de mayo, y mientras los preparamos (mejor que los esperamos), necesitamos seguir construyendo en espacios que no por dejar de ser masivos, son menos colectivos.

No me cabe duda de que habrá otro 19 de Octubre, una cita masiva preparada con mimo e inteligencia, y allí nos encontraremos con viejos amigos a los que faltan el tiempo o las fuerzas para sumarse cada semana, o que están dando pasitos en otros lugares. Enjambres, gotas de agua y electrones libres. Yo mismo, que he intentado comprometerme, he llegado desinflado al final del año, pero miro las suelas de mis zapatos y puedo sonreir orgulloso de su desgaste.

Si en algo atina por completo el texto es en la necesidad de ser inclusivo con ese 99% del que hablan en OWS, pero la vía debe ser la de acoger la diversidad, asumir que hay muchos 15M y que seguimos a la búsqueda de ese sujeto que defina lo que tenemos en común. No podemos echar el freno para no expulsar a gente, tenemos que unir gente a la marcha. Necesitamos un 99% exuberante, de nada nos sirve uno escuálido.

Con lo de parar a tomar perspectiva y reflexionar también estoy de acuerdo, pero me temo que no en el mismo sentido que yo entiendo pretenden las autoras del texto. Donde ellas hablan de dejar el trabajo de las comisiones y las asambleas, yo pienso en dejar de movernos como pollo sin cabeza en decenas de desgastantes concentraciones que tienen como objetivo más dejarse ver que construir o proponer. Seamos más certeros en nuestros golpes y más constructivos en nuestras propuestas. Construyamos lo común al paso que exigimos lo público.

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