Hoy me he dado un atracón de humor genial, esta tarde la he dedicado a hacer pesas con el coco a base del arma más peligrosa para el enemigo (y una de las pocas que no nos está enteramente vedada). He visto dos películas: La Última noche de Boris Gruschenko y El Gran Dictador. A veces nos ponemos muy circunspectos y pesados, es comprensible porque el panorama no invita al optimismo. Por otra parte tampoco me gustan las actitudes cínicas de vuelta, destructivas. Pero la risa es lo que nos queda.
Curiosamente en las dos películas se da una sátira antibélica (entre muchas otras cosas). “-Esto es una guerra: si ellos matan más rusos que nosotros franceses ganan, si nosotros matamos más franceses que ellos rusos ganamos-¿Y qué ganamos?”Contesta el joven Gruschenko (Woody Allen). Genial. Después de ver las películas he decidido incluir en “Artículos robados” el discurso final de El Gran Dictador. Me he preguntado si no estaría muy visto, o incluso si no resultaría “muy light”. Lo primero me he dado cuenta de que no importa lo más mínimo. Escuchamos las canciones miles de veces y nos siguen gustando, a veces más con el tiempo, sin embargo no solemos releer las cosas a menudo (al menos yo)¿Por qué no hacerlo? En cuanto a si el fragmento es lo suficientemente “radical”…menudo payaso puedo llegar a ser, que pensamiento más cretino y lleno de prejuicios. Puede ser un texto algo liberal , pero los conceptos que contiene son revolucionarios. Si la letra impresa en la declaración Universal de Derechos Humanos se cumpliera realmente sería maravilloso.
En fin yo os invito a reír (en estos momentos Pedro Ruiz entrevista a Mariano Rajoy: nada recomendable). Estoy tentado de ponerme Sopa de Ganso.