Verdades como puños

Mónica y los compañeros de Cuaderno de Campo han hecho un extraorinario trabajo subtitulando este video en el que el diputado británico George Galloway responde en Sky News con bastante menos corrección política de la que por aquí (y supongo que por allí)estamos acostumbrados.

La voz de Hizbollah

Interesantísima entrevista a Sheik Hassan Nasrallah, secretario general del Partido Hizbollah del Líbano, en ella se pueden leer cosas que sorprenderán a más de uno como (refieríendose al conflicto israelí-palestino):

El futuro es para los Estados multiétnicos, multiconfesionales, multirreligiosos, y por tanto, cualquier solución que omita los intereses de cinco millones de refugiados no resolvería nada.

Vía

Blanco y en botella

El otro día les contaba a unos amigos recién llegados de Galicia mi incredulidad ante las explicaciones acerca de los fuegos que ponían el dedo a funcionar para apuntar a una organización de supuestos retenes damnificados por una nueva exigencia lingüística. Me cuenta un amigo gallego que el curso exigido de iniciación al gallego se da por sabido con haber cursado la EGB (y la enseñanza en gallego se da en las escuelas allí desde 1979). Un dato que no viene más que a apuntalar la evidencia de que una oleada de incendios organizados tan masivamente, de forma tan persistente y desafiante a la autoridad y con grandes distancias entre sus focos no puede tener detrás a un grupo de trabajadores descontentos. Que puede haberse dado un episodio puntual que obedeciera a estos parámetros no lo niego, como pueden haberse producido incendios impuslados por otros intrereses que se han presentado como posibles y peregrinas causas, como la caza, pero no parece que estos “accidentes” estén detrás del fenómeno en su conjunto.

La especulación inmobiliaria es el fantasma que parece proyectar la negra sombra de sus carroñeras alas sobre las llamas. Hay quien incluso ha superpuesto los mapas de las zonas incendiadas con los puntos turísticos y urbanizados. Hemos escuchado hasta la saciedad contraponer a esta leche (blanca y en botella) el argumento de que la actual ley del suelo prohibe urbanizar los terrenos quemados en treinta años pero se olvidan de contarnos que esta ley afecta al suelo rústico y forestal, no al urbanizable, al que pertenecen muchos de los territorios que arden estos días en las inmediaciones de los nucleos habitados, y que, pueden apostar, valdrán ahora bastante menos dinerito.

Greenpeace nos recuerda además que no estamos ante un fenómeno nuevo: se repite en Galicia cada cinco o seis años. Desde luego no parece que el gobierno galego estuviera muy preparado y es a esa a la responsabilidad que no debiera eludir.

Pero los interes económicos –en su versión inmobiliaria de estos tiempos- y los políticos nunca caminaron separados en Galicia, reducto pertinaz del caciquismo peninsular, comunidad donde aún abundan estructuras sociales de dependencia muy marcadas. Evidentemente se trata sólo de impresiones (difícilmente podría tener en mis manos el peso de hechos) pero se me antoja una vez más blanco y en botella.