Algo esta cambiando en el planeta Tierra, o al menos de América Central para abajo (en México ya se verá: de momento gobierna el vasallaje). Parece que en «el patio trasero» están más que dispuestos a responder las prácticas mafiosas del neoliberalismo estadounidense con una patada en los mismos traseros cuartos.
Le leo a Ramón Chao que en las vísperas de las elecciones Bolivianas el embajador de Estados Unidos hizo las siguientes declaraciones públicas: «Quiero recordar a los electores bolivianos que si eligen a los que están dispuestos a convertir a Bolivia en exportadora de cocaína ponen en peligro la ayuda de los EE.UU.». El resultado el sabido por todos. No, más aún, el voto a Evo Morales creció por encima de las expectativas iniciales. Y es que los cocaleros bolivianos no han olvidado aún el Proyecto Dignidad, operación financiada en los noventa por EEUU para destruir la mayoría de los cultivos locales sin preocuparse de cual era el destino de aquella hoja ni proporcionar un modo alternativo de vida a sus cultivadores. Con toda la prepotencia que nos sabemos de memoria.
De momento el hermano mayor del Nuevo Mundo se queda con los papeles del Alca en la guantera de su tanque administrativo y tiene que asistir, imagino que ojiplático, al avance de proyectos políticos y sociales al margen de los partidos tradicionalmente a unidos a las oligarquías amigas.