El participacionismo como tapón democrático

Acaba de ponerse en marcha la fase de votación de los presupuestos participativos del Ayuntamiento de Madrid. Echándo un vistazo a las propuestas, y después de una fase anterior (la correspondiente a los de 2016, en fase piloto) y la experiencia de la reforma para la Plaza de España, mi impresión es que la fetichización de la participación, en su vertiente pido y voto a través de internet, se ha convertido en un tapón para la profundización democrática.

El participacionismo, en tanto que eje central de la política municipal madrileña.

¿Participacionismo? La primera vez que escuché el término lo hice en el contexto de conversaciones con mis amigos de Las Indias referido a entornos digitales:

El participacionismo es una forma degradada de la democracia, característica de la cultura nacida de la recentralización de Internet. Se plantea como alternativa frente a la plurarquía usando como argumento la inmediatez del proceso frente a la definición del demos -el quién puede participar- que queda ambiguo o dudoso.

El participacionismo como ideología

La característica esencial del participacionismo es que define unas reglas de votación -normalmente para la selección colectiva de contenidos- pero no un demos; una técnica, no un sujeto o una comunidad.

La clave sin embargo de los sistemas políticos está siempre en el quién decide, no cómo se organiza técnicamente la toma de decisión. Así, dejando que vote la gente, dejando un demos voluntariamente ambiguo, el resultado final legitima a una oligarquía participativa que presenta sus creaciones como agregado social, como expresión de «las ideas de la gente».

En un reciente artículo crítico con el gobierno de Ahora Madrid como agente de cambio, Emmanuel Rodríguez habla del participacionismo también:

…el participacionismo, tanto digital como físico, que se presenta como la joya de la corona del “cambio”, opera a partir de esa misma posición: la neutralidad de la institución frente a los intereses de la “gente”, que a través de los recursos y foros facilitados por el Ayuntamiento elegirá libremente lo que más le convenga. Poco puede sorprender que en su aplicación institucional concreta apenas veamos más que procesos participativos de escasa calidad y/o baja “participación”. En ocasiones, como en Plaza España, las consultas tienen un simple carácter pleibiscitario o aprobatorio. Y en otras, como en los presupuestos participativos de Madrid, se convierten en una suerte de carta a los Reyes Magos. En distritos o barrios en los que no existe un espacio comunitario y deliberativo real, grupos muy pequeños organizados pueden lograr que la administración financie instalaciones o proyectos ciertamente estrambóticos.

Echando un vistazo a las propuestas de mi barrio, compruebo que muchas se reducen a cambios superficiales (alguna zona verde concreta, la peatonalización de una calle, la puesta en funcionamiento de una pista de running), o son generales y poco definidas. Cuando aparece alguno más ambicioso (el carril bici en el distrito o la reforma del área del Paseo de la Dirección) pertenece al ámbito de operaciones ya en curso.

Durante la fase de admisión de propuestas pude observar que los ejemplos que el Ayuntamiento ponía en la publicidad que incluía en Facebook y otras redes sociales iban en esta línea (las imágenes que ilustran este post dan buena cuenta de ello).

Conozco varias propuestas que han sido rechazadas “por criterios técnicos” que incidían en asuntos de calado. Por ejemplo, la Asociación Vecinal Cuatro Caminos, que hizo varias propuestas, propuso la adquisición de un cine cerrado para impulsar un proyecto de economía local. También habilitar un local para niños de entre 6 y 12 años que, con distintos programas, ayudara a la conciliación familiar bajo las perspectivas de La ciudad de los niños de Tonucci. La asamblea de Vivienda del barrio propuso la rehabilitación de edificios públicos o en desuso como espacios de emergencia habitacional. El  Banco de Alimentos del 15M de Tetuán, grupo autogestionado con gran experiencia en la lucha contra la pobreza en el barrio, propuso adaptar un local de la Junta Municipal en un comedor social dirigido a personas sin recursos.

Todas estas propuestas han sido desechadas por criterios técnicos poco transparentes y que, a simple vista, se antojan un tanto aleatorios. Por ejemplo, se acepta otra propuesta que pide la adquisición de libros para las bibliotecas municipales del distrito cuando, lo sé bien, no se trata de una competencia de la Junta de Distrito. En realidad, la mayoría de las propuestas afectan a distintas instancias (varias a Urbanismo, por ejemplo), y recuerdo bien como en la fase piloto salieron propuestas para cuya puesta en práctica hay que instar a otros negociados.

Se da la circunstancia, además, de que las propuestas deben ir a nombre de una persona física, de manera que se diluye la referencia al foro donde se han debatido (en este caso la Asociación de Vecinos, la Asamblea de Vivienda del 15M y el Banco de Alimentos Autogestionado).

Es justo decir que se han hecho foros vecinales –los grupos motores– en los que se ha debatido presencialmente, aunque su incidencia en la enormidad de los distritos madrileños es anecdótica.

No se trata aquí de denostar la posibilidad –irrenunciable, diría- de tomar decisiones de manera colectiva y utilizando la red. Lo que reclamo es tratar de superar el modelo buzón de sugerencias y adhesión vaga ¿Por qué vaga? Porque la votación no está precedida de debate ni se hace un esfuerzo productivo para que se dé un aunténtico conocimiento de los contextos. La ciudadanía es, en este caso, un ente difuso y desagregado, votando sobre  párrafos desnutridos y propuestas filtradas.

En nuestra relación política cotidiana, creo, se trata de construir verdaderas redes densas entre personas. En la vertiente digital, no se puede ignorar la dificultad sociotécnica de imaginar herramientas que permitan desarrollar todas las fases de un proceso democrático (contextos, deliberación común y toma de decisiones, con una correlación de fuerzas realmente horizontal). Por eso esta arquitectura, tal cual, no sólo no nos sirve, sino que, en la medida que ha tomado auténtica centralidad discursiva, sirve de tapón.

En mi inbox: diario de fogonazos sobre el 15M

Entre algún momento de 2011 y algún momento de 2013 tomé la costumbre de enviarme de vez en cuando correos electrónicos a mí mismo con alguna idea, verso o párrafo que anotaba a propósito de diferentes vivencias que tenían que ver con mi relación con el 15M. Un pequeño diario. Creo que alguno se ha perdido y la sucesión de los que aquí están corresponden a una memoria muy fragmentada, que debería completarse con decenas de posts más estructurados que he ido dedicando al 15m en distintos sitios, el contexto en el que fueron escritos, y, sobre todo, con lo que no quedó negro sobre blanco: lo mejor, cuando no había tiempo de escribir estaban pasando cosas.

Este post tiene valor sobre todo para mí y ni como streptease sirve de fragmentario que es. Son fogonazos muy pegados al momento que nunca fueron escritos para ser publicados…pero aquí están.

Ya me ha pasado dos veces. Estando sentado en círculo, participando de la Asamblea Popular de Tetuán en la Plaza de las Palomas (que no tiene este letrero pero se llama así, como la de María Soledad Torres Acosta es la de Luna o la glorieta de Ruiz Jimenez es la de San Bernardo). Todos palmas al aire en nuevo símbolo de afirmación y nos niños que jugueteaban alrededor con una pelota se acercan “¡eso quiere decir sí! Y esto otro, cruzando los dos brazos, que no, decía otro niño. ¡que lo hemos visto en el cole! Razones para la esperanza.
26 de julio de 2011 en mi inbox

Vamos despacio porque vamos lejos. Aplausos. Palmas orgullosas al cielo y algún aplauso rebelde, mejor. Con frecuencia los signos más efusivos de aprobación son los que celebran al propio 15M ¿Es el sino de un movimiento que utiliza la visibilidad como arma y estandarte? ¿Es la autoafirmación del tallo que está aún echando raíces? O es quizá –no regalemos dardos al enemigo- síntoma de ensimismamiento.
Una cita carente de lenguaje inclusivo. “Bueno, pero no empecemos a chuparnos las pollas todavía”. El Señor Lobo imponiendo mesura a los mafiosos.
27 de julio de 2011 en mi inbox

Muchas voces son las que desde las distintas izquierdas, de Manuel Delgado a Miquel Amorós (por ejemplo) acusan al 15M de reformista, ciudadanista, de ser un movimiento de clase media o incluso socialdemócrata ¿pero…? ¿Acaso existe algún otro lugar donde cobijarse?

Es la vieja paradoja militante, del ¿Cuánto peor mejor? al humanizar el páramo, y responde a una tensión absolutamente real, a una trampa trágica con la que la gente de buena fé se topa de bruces antes o después. Toda reforma que el establishment “concede” como asumible ayuda a legitimar “el sistema”, dejando –las más de las veces- intactas su raíces. No subirse a la ola supone, sin embargo, asumir que es necesario sacrificar generaciones (la tuya, la de tus coetáneos) a la espera de la ocasión histórica –la de la revolución- y conformarse con ir preparando esas “condiciones objetivas” con vanguardias revolucionarias.

¿Asumir que uno está en la vanguardia? Como Dalí. Tan reaccionario como Dalí. Cuando a uno se le presenta la paradoja del militante con sus mil caras y en sus infinitos contextos sólo le queda equivocarse lo menos posible, tratar de construir un mundo lo mejor posible a su alrededor…y adquirir un compromiso llevadero con la radicalidad, entendida en su mejor sentido-el original- de ir a la raíz de los problemas. Esto es, decir NO muchas más veces de las que permite una enmienda total, sin perder de vista la mata donde empiezan a brotar los problemas

¿Tengo que mencionar la palabra Capitalismo?
28 de julio en mi inbox

Decía Bobbio que ser de izquierdas es no aceptar la desigualdad como algo natural. O algo así. Y sí, ser de izquierdas, con todos los matices, aclaraciones y apelaciones que precise el término por oceánico y contradictorio. En realidad ser de izquierdas –como lo entiendo- tiene también que ver con no aceptar nada como algo natural, en escudriñarlo todo como cuestionable y aceptar que toda construcción humana –no hablo de acueductos ahora- es acuerdo. Consiste, por lo tanto, en tener una actitud científica ante la vida, desdeñando incluso como acientífico la actitud arrogante de la nueva VERDAD científica que pretendió instalar el arrogante siglo XX de relatos únicos. La diversidad nos lo complica, sí, no encaja en epopeyas históricas…pero la diversidad es el mundo.
2 de agosto de 2011 en mi inbox

Estamos indignados, no somos Los Indignados. Ellos también tratan de desactivarnos.
Primero trataron de ningunear al movimiento. Con la mayoría de los movimientos sociales funciona: simplemente no existen para los televidentes. Cuando la potencia del movimiento rompió los diques de la indiferencia trataron de desacreditarnos, es el siguiente punto del repertorio habitual. Los intentos de descrédito han sido variados según el matiz más o menos grotesco del medio de desinformación: han tratado de desactivar el alcance con condescendencia ( chavales bienintencionados pero…); han tratado de convertirlo en marginal (perroflautas); han apelado a la convivencia cívica (las plazas son de todos). Finalmente han vuelto todos juntos por la senda de una estrategia bien ensayada en la España de ETA (los violentos)
Dentro de este intento de desactivación del 15M por parte de la prensa opera un apelativo que ha calado ya con tal fuerza que parece que el movimiento pasará a la Historia así nombrado: indignados. Si bien es cierto que el panfleto de Hessel fue una de las referencias argumentales del movimiento desde un primer momento los acampados no se llamaron así nunca hasta que posteriormente el adjetivo se hizo parte inevitable de la atmósfera. Ahora sólo algunos han empezado a llamarse así mismo así.
Si el elemento central -resumido en aquello que les distingue y por tanto les nombra- es básicamente el cabreo, la política desaparece. El movimiento no propone, noconstruye, sólo patalea. No debemos ser «Los indignados» por más que lo estemos, ellos necesitan nombrar una realidad que no entienden para combatirla, y la nombran con una dialéctica de combate. Quieren desactivarnos.
15 de agosto de 2011 en mi inbox

Éramos zombies bronceados
Deambular, deambular, deambular.
El nauseabundo olor a carne muerta
Enmascarado, fino, ataviado
de pieles de manzana refulgentes,
de pátina rosada, hinchada a botox.

Éramos zombis en manada
Al galope indiferente de la luz,
Esa que se desvanece con pensarla

Deambular, deambular, deambular
Entre escaparates, altares y más zombies
Mirar al frente, nunca abajo
Nunca dentro, nunca extenso.

Éramos zombies bronceados
Instalados en el doppler. A la espera.
Éramos pellejos desprovistos
De las calles que habitamos sentirlas

Éramos zombis sin saberlo
Hinchados a prozac, tristeza y dudas,
Deambulando en búsqueda de puertas,
vórtices de piel, de rabia y plazas

26 de agosto de 2011 en mi inbox

Lo personal es político. Hace años tomé el viejo mantra del feminismo radical americano como lema vital. Mío.

“Somos personas que hemos venido libre y voluntariamente, después de la manifestación decidimos reunirnos para seguir reinvindicando la dignidad y la conciencia política y social”. Esta frase abría el manifiesto primero de la Acampada Sol. Y seguía “POR QUÉ ESTAMOS AQUÍ. Estamos aquí porque queremos una sociedad nueva que dé prioridad a la vida por encima de los intereses económicos y políticos. Abogamos por un cambio en la sociedad y la conciencia social”.

Ese personas, así, enmarcado en el resto de palabras, hablaba mucho de lo personal, de manera análoga a como se hablaba en los setenta. Hoy la batalla es un poco menos por el sexo, pero es también por llevar el ámbito de lo privado al centro de la política, hasta el punto de plantarlo, así, de sopetón, en las narices del mundo. Hemos plantado el hogar –la acampada- en el mismo sitio que el ágora; hemos situado la asamblea de niños dentro de la guardería; hemos disuelto la separación de esferas como modo de dominación. Hemos confundido los espacios de lo privado y lo público para remezclar la política. Lo personal es político.

20 de septiembre de 2011 en mi inbox

SÍ SE PUEDE
De nuevo en marcha y bien acompañados. Paseo del Prado arriba con
miles de caras familiares salpicando una marcha gigantesca. La primera
de una primavera que está por llegar (ya la anuncian los rayos
cálidos de febrero), la primera gran cita de un calendario
garabateado. Contra la reforma laboral.
Descolgando del discurso matices postmodernos, recordando que el
trabajo sigue siendo, más que le pese a nuestra formación merodeadora de
mundos nuevos, la puta atmósfera dentro de la que rueda nuestra vida. Hay
que comer.

Para la ocasión me he enfundado la camiseta verde, de la marea-verde
Sección-Universidad, que me toca muy de cerca porque es donde curro.
Podría haber llevado la amarilla (porque se están cargando también las
bibliotecas, y a eso es me dedico), la blanca, la azul, o cualquier otra,
porque en las tres cuartas partes de agua de mi cuerpo tienen, nadan
los agravios de todas las mareas multicolores que, blancas, negras,
violetas, han ido surgiendo saltarinas el último medio año.

Los temores están en la compañía. Los sindicatos ¿no forman ellos parte
del problema? pero ¿no son sus bases también alforjas de rabia de un
mismo camino a la batalla? Como nosotros. Va a ser una etapa nueva,
vamos a tener que reaprender a trabajar con otros, bajarnos los humos,
desensimismarnos, aprender a sorprender de nuevo. Nos lo recordarán
mañana mismo los niños desafiantes de Valencia.

La senda se lleva bien, pero al girar por Alcalá, que es donde ya se
avistan nuestros mitos, la gente se encara a la policía, que corta la
Gran Vía. Quieren –queremos- pasar, salir del cauce guionizado y volver a fluir
por la ciudad, tal y como aprendimos el pasado verano.

Mirar tus pies, hace un momento estaban a un lado de la línea y ahora
están – con sólo con un paso al frente- a este. Y levantar la cabeza y
caminar con aplomo. Es todo uno. Con los puños apretados y el lagrimal
latente. SÍ
SE PUEDE ¡Qué vitaminas para las entrañas!
27 de febrero de 2012 en mi inbox

El bibliotecario se asomó a la plaza.

821.134.2(82)-31″19″

Autor de lengua española del siglo XX. En idioma CDU, que es la
clasificación que se utiliza en las bibliotecas de medio mundo para
ordenar los libros. Pretende clasificar todo el saber universal,
articulando una gramática de clasificación infinita para poder
subdividir las grandes familias del conocimiento humano (Filosofía,
Matemáticas, Bellas artes y así) hasta el infinito. Tiene incluso un
número vacío, reservado –el 4- en previsión de disciplinas futuras.
Cabe todo: ordenado, secuencial, en dos dimensiones.

Al bibliotecario le sobrevino un ataque de risa histérica.
27 de febrero de 2012 en mi inbox

¿Dónde fue la dignidad en fuga?
que me dejó las tripas al aire,
las cuencas de azogue, el torax en vano
¿Dónde fue lo que insuflaba SER
en mi?
Que me dejó en pellejo
caminando hacia el trabajo,
la cama,

27 de junio de 2012 en mi inbox

Tuit expandido: Cuando Princesa se estrecha al paso de los mineros – venimos de teñir de colores republicanos el fascismo pétreo de la Plaza de Moncloa – el aire empieza a pesar entre nuestras cabezas, condensado de lágrimas, júbilo y rabia. Y sobre todo, nos movemos ¿Medios? Los menos, todos esperan la entrada festiva de los héroes en la Puerta del Sol.

En Sol ya no nos mordemos los labios, nos encontramos relajados, en casa. Y quietos. Después de ser conmoción la plaza de Sol empieza a estar absorbida por el espectáculo: es algarabía, grito (mudo)… Hace un año, cuando cerraron militarmente Sol, aprendimos que tomando el resto de la ciudad éramos más preocupantes, quizá ahora deberíamos empezar a pensar en dejar de conquistar símbolos y ocupar lugares críticos para el sistema ¿transportes? ¿centros de poder? ¿escaparates internacionales? Líneas estrechas en el mapa como nervios. Ya volveremos cuando nos lo ganemos.

11 de julio de 2012 en mi inbox

El candor es un valor en alza entre la gente que me importa. No así ahí fuera, por su puesto. Un candor bien entendido. No hablo de ingenuidad, sino del candor como actitud: la sencillez, la modestia expositiva. Y el brillo, el calor, los afectos y la fuerza. Como candil, como candente, como incandescente también.
Un día cualquiera en un parque me di cuenta, bajo la luz de las farolas, en conversación distendida después de una de las reuniones semanales para preparar acciones, coberturas, quimeras de minuto y asfalto…
Ese día me vino la palabra candor a la cabeza
Nunca se había significado en las primeras reuniones meses atrás: escuchaba, asentía, opinaba con brillo tímido en los ojos, con educación camaleónica para la atención. Los meses fueron acabando rápidamente con los oradores más ensimismados y carismáticos. Se gustaban. Hablaron tanto que debieron de quedarse sin nada que decir y simplemente dejaron de aparecer por la allí, algunos tras unas pocas semanas. Vuelvo con el pensamiento a la plaza, esa noche corría una brisa leve que erizaba nuestras sonrisas. Reconozco ese brillo, que de puro entusiasmo le acalora las mejillas, ha crecido, refulge, capta toda nuestra atención. Igual de sencillo, modesto y afectuoso. Igual de candoroso.
30 de julio de 2012 en mi inbox

“Derecho a la ciudad”. Lema para reivindicar el espacio común, pero también eslogan de urbanistas con gafas modernas cómplices de pelotazos inmobiliarios.
Bien común ¿Y tú me lo preguntas…? Cualquier cosa dicha con solemnidad en un texto político
Democracia. El gobierno del pueblo, sí, pero también puede ser esto. Y lo peor es que es ESTO.
¿La revolución? Interiores, exteriores, propiedades de un crecepelo ¡revolucionario!
A la izquierda puede encontrar usted el mimo del semejante, pero también figura en el cartelito que ELLOS – querámoslo o no – llevan colgando del cuello.
30 de julio de 2012 en mi inbox

Dejamos de ser margen para reconocernos
intersticio
espacio entre las moles ínmoviles
que aplastan
grieta entre los cuerpos fofos, repelentes
tiempo fuera de la Historia
entre otros tiempos
y si dejamos de ser ya era bastante
5 de diciembre de 2012

Nos hartamos de decir que somos horizontales. Aquí no hay líderes,
somos un enjambre, y todas esas consignas. Viendo a Ada Colau en el
parlamento he caído, sin embargo, en algo: no hay poder pero sí hay
autoridad. La autoridad es algo que te conceden los demás. Me paro a
recordar y puedo reconocer momentos de inspiración de muchos
compañeros y compañeras en mis recuerdos. Momentos de escucha
entusiasta frente a momentos entusiasmados en medio de una
conversación. Admiración y autoridad: sentido arriba y sentido abajo.

Si se me permite decirlo, yo mismo he sentido en momentos puntuales
esa mirada entusiasta de los compañeros revistiéndome de autoridad.
Quizá en eso reside el significado de esa palabra que tanto se repite
en el 15M: empoderamiento. Paradójicamente, no sería tanto dar poder –
ya quedamos en que aquí no hay de eso – como animarnos a sacar lo
mejor de nosotros mismos y gozar de esa manera – todos – de momentos
de reconocimiento (y autoridad) entre pares.
15 de febrero de 2013

Desborda la convocatoria, desborda la mani, desborda el concepto.
Desbordar ha sido durante algunas fechas LA PALABRA. Yo imagino más un
desparrame, qué queréis que os diga. Extenderse por los recovecos en
lugar de irrumpir como una ola. Calar en tierra seca, ocupar grietas.
No volver al cauce. Y que sea una desparrame.
15 de febrero de 2013

El tono sentenciador, la razón autootorgada y mirar luego al infinito con la barbilla tensa; el gesto adusto, el mira –joven- que viene del mire usted –viejo- ; la superioridad moral; el no entender la ironía; la pausa condescendiente; la colección de estampitas sentimentales por delante de uno; la cosificación de las ideas y las gentes que fueron esas estampitas; el querer en nombre de una idea de grupo…

El tono festivo ; el llevar la ironía a categoría de superioridad moral aplastante. O aplastadora; la misma superioridad moral disfrazada de cuestionamientos; la imposición de una estética y una cultura: un hablar, una música, unos autores (siempre los mismo, siempre tres); que no es tu código y es EL código; el eufemismo semioculto; sobre todo el hacer panda, excluirte mientras se enuncia el palabro inclusividad . El molar todo

Es todo bastante desazonador y nos recuerda que siempre hay gilipollas.
27 de agosto de 2013

Una mañana, los bebés de Mohamed
desahuciados del futuro
otra mañana,

Demasiadas mañanas me disuelvo
Suspendido en el vacío
Sujeto boca arriba por jirones
De los días
Demasiadas mañanas tengo miedo
Y ando hacia delante, hacia la bocacalle
Manteniéndome a penas en pie
Sujeto sobre las piernas
Gracias a una fuerza que tira
Hacia arriba
Que anida en la cabeza y duele
Demasiadas mañanas me tambaleo
3 de octubre de 2013

El libro de los paseos de Jane, el libro de nuestros paseos en común

 

jane

Ya está en librerías, ya está también en mis manos el libro El paseo de Jane. Tejiendo redes a pie de calle. Huele muy bien aún, el papel, el formato, el diseño de la edición…es un objeto bonito, a lo que ayudan, claro, las ilustraciones de Imprevistos.

Es una experiencia colectiva, igual que los propios paseos, se ha concebido desde el primer día de manera conversacional (y asamblearia). Andando. Al igual que en los propios paseos ha habido un par de personas de referencia, las coordinadoras y editoras, Susana Jiménez Carmona y Ana Useros. La editorial, Modernito Books, se dedica a editar primores ilustrados. A la vista (y el tacto) está.

Escribo un capitulito sobre el paseo que hicimos hace dos años en Tetuán (fueron dos, fueron intensos y fueron comida y debate. Todo un fin de semana de tejer redes a pie de calle). Lo escribo yo en primera persona pero es colectivo.

Me hace mucha, pero que mucha ilusión.

Por aquí sobre El Paseo de Jane en Madrid
…y por aquí sobre el libro