Ni antes ni ahora

Mujeres palestinas enfrentándose a soldados | Foto tomada de http://domingonunez.blogspot.com.es/2014/05/la-verdad-historicaconflicto-palestino.html

Mujeres palestinas enfrentándose a soldados | Foto tomada de http://domingonunez.blogspot.com.es/2014/05/la-verdad-historicaconflicto-palestino.html

Aquella primavera de 1943 algunos  judíos del gueto de Varsovia agarraron las armas. Ya se habían llevado a muchos. Otra vez. Se los llevaban a Treblinka a morir. Algunos muertos en vida, otros – la mayoría – de la manera más literalmente obscena que la humanidad haya imaginado. Se habían empezado a organizar un año antes, después de las primeras deportaciones. Habían conseguido armas clandestinamente (como pudieron), habían aprendido a construir granadas caseras, habían cedido la voz y el mando a los pocos que tenían experiencia en la batalla.

Y se preparaban sabiendo que no podían vencer al mejor ejército del mundo. Pero sabían que lo podían enfrentar. Eran acaso un millar.

Las deportaciones se reanudaron el 19 de abril de 1943, precisamente la noche de la Pascua judía. Heinrich Himmler guardaba los detalles. Ese día los muchachos arios de las SS encontraron las calles del gueto de Varsovia desiertas. Esa noche murieron 12 nazis. Por cada uno de ellos habrían de morir miles de habitantes de aquella judería. Todos.

La cosa – esa cosa era la destrucción del gueto – iba para tres días, y duró un mes. Granadas de mano lanzadas contra los panzers; disparos, cuidados de la comunidad; escondidos en los bunkers que habían construido meses atrás.

Durante la tercera Intifada | Enfrentamientos en Issawiyeh, Mayo 15 ,2011.(AP Photo/Oded Balilty)  Foto en http://periodismohumano.com/en-conflicto/vientos-de-intifada.html

Durante la tercera Intifada | Enfrentamientos en Issawiyeh, Mayo 15 ,2011.(AP Photo/Oded Balilty) Foto en http://periodismohumano.com/en-conflicto/vientos-de-intifada.html

Éste es el manifiesto que redactaron en febrero de 1943:

«¡Pueblo, despierta, y lucha por tu vida!
¡Que cada madre se convierta en una leona que defiende a sus hijos!
¡Que ningún padre se quede viendo morir a sus hijos sin hacer nada! […]
¡Que cada casa se convierta en una fortaleza!
¡Pueblo, despierta y lucha! Tu salvación está en la lucha.
Quien lucha por su vida puede salvarse. Nos levantamos en el nombre de la lucha por la vida de los indefensos, a quienes deseamos salvar».

Destruyeron casa a casa. Eliminaron los símbolos judíos – arrasaron la sinagoga de la calle Tlomacka -. No dejaron aliento en vida alguna. De entre los escombros – dicen- aún salía algún judío solitario, cuando no había allí más que piedras, y atacaba como epílogo de su muerte en vida.

Palestinos observan los daños a una casa destruida por un misil israelí, en Rafah, sur de la Franja de Gaza. | Foto en http://sipse.com/mundo/israel-derriba-avion-no-tripulado-costa-101817.html

Palestinos observan los daños a una casa destruida por un misil israelí, en Rafah, sur de la Franja de Gaza. | Foto en http://sipse.com/mundo/israel-derriba-avion-no-tripulado-costa-101817.html

Pero el exterminio había empezado mucho antes, en 1940, con la construcción de un muro de 2,5 metros alrededor de 800 manzanas. Fue entonces cuando 380 mil judíos hacinados empezaron a morir, poco a poco. Las enfermedades infecciosas. La falta de libertad. Todas las violencias que pueden infiltrase en la atmósfera.

Entonces, y ahora, pensar de aquellos hombres y mujeres que decidieron resistir – matando –otra cosa que no sea un reflejo de su dignidad es mierda. Unos mataban, otros asesinaban.

Recuérdalo: entonces y ahora.

A (re)vueltas con la izquierda

Hoy, en un artículo de Marta G. Granco (@teclista) en Madrilonia, se deslizaba, a propósito del impresionante resultado electoral de Podemos en las Europeas, un tema de los gordos: la validez del concepto izquierda -o de sus identidades- en el ecosistema antagonista post 15m.

4. Quizá toque revisar una hipótesis: la identidad de la izquierda podría seguir valiendo

Llevábamos tres años evitando situarnos en el esquema bipolar, y ahora llega Podemos con ‘cierta’ retórica izquierdista y barre. Es más, el 27% del electorado ha votado a partidos identificados como izquierda (y, si aceptamos la autodefinición del PSOE, el 50%). Nótese que dije ‘cierta’: el propio Pablo Iglesias ha insistido en trascender ideologías y apelar a “personas decentes”. Quizá lo que haga falta sea una identidad de izquierdas renovada, más fluida y menos petrificada que aquella que desmoviliza. Alejada de la superioridad moral, pero consciente de que nuestro camino pertenece, y debe mucho, a una historia de luchas y referentes que se apellidan izquierdas.

Coincido bastante con el párrafo anterior. En cuanto al término-concepto izquierda, creo que hay debates que son irresolubles y términos cuyo significado es tan amplio que pueden llegar a contener argumentos contradictorios. Es el caso de “izquierda”. Sobre su vaciedad recomiendo esta columna que escribiera en su día Javier Ortiz, y de la que pongo aquí una mitad:

La policía del Gobierno de izquierdas detiene a los inmigrantes sin papeles; diversas organizaciones sociales de izquierdas los ocultan y protegen.

La lista podría prolongarse hasta el infinito: hay gente de izquierda que apoya a Israel y gente de izquierda que respalda a Palestina; hay gente de izquierda que defiende la presencia militar española en Afganistán y gente de izquierda que la repudia; hay gente de izquierda que dice que Chávez es un dictador insufrible y gente de izquierda que dice que Uribe es un político protocorrupto y archicriminal, con el que no cabe tener ningún trato amistoso. Etcétera.

Hace décadas, cuando empezó a hacerse más obvia esta aparatosa pérdida de contenido del concepto de izquierda, empecé a bromear sobre ello soltando una humorada: “Es facilísimo distinguir la verdadera izquierda de la falsa izquierda”, decía.“La verdadera izquierda es la que piensa como yo”.

De entonces a aquí, he comprobado que casi todos los partidos que se pretenden de izquierdas parten de ese mismo supuesto. Sólo que en serio.

Lo que me pregunto es si el hecho de que un término ofrezca un difícil consenso universal debe llevar a dejar de introducirlo en el debate. Me vienen a la cabeza otros términos de los que se encontrarán tantas definiciones como de izquierda. Por ejemplo capitalismo. Por ejemplo – llevando la argumentación al extremo de forma premeditada – realidad. Nadie se cuestiona la existencia del capitalismo y pocos, de lo real.

Puede ser discutible si izquierda es una categoría útil, pero difícilmente se puede negar el hecho de que es un término en uso. Perder el miedo al futuro no pasa por negar el presente. Sobre todo cuando ese presente se traduce en algo tan corpóreo como los compañeros de viaje.

Para mí, izquierda es un término intuitivo que germina a partir de grandes categorías (solidaridad, justicia social, comunidad, empatía…); que echa tallo en una serie de conceptos (clase, anticapitalismo, etc) y que se convierte en enredadera, tronco leñoso o maceta ornamental, a partir de las diferentes experiencias históricas.

Son las narrativas que surgen de estas últimas las que no pueden convertirse en mitologías. Pero también – como recuerda @teclista- las que construyen los mundos culturales en común de los locos antagonistas.

Volviendo a Javier Ortiz, y acaso llevándole un poco la contraria, es posible que muchos “para mí la izquierda” divergentes se encuentren cómodos y se reconozcan como izquierda amiga en luchas y construcciones comunes. Es posible que la intersección hallada en ese reconocimiento intuitivo, en el que acaso volvemos a aquellas grandes categorías (solidaridad, justicia social, comunidad, empatía…) nos sea suficiente la mayoría de las veces. Sin necesidad de compartir un idéntico diseño de nuestros deseos.

No hablo desde el folio en blanco, ni siquiera desde el eco de mestizajes históricos (La Comuna de París, el 34, cierta Autonomía…), hablo de la constatación diaria de desahucios parados o espacios construidos codo con codo, y sin problemas irresolubles, por anarquistas, comunistas, autónomos o gentes que huyen de etiquetas.

Es bien sabido que las palabras se okupan, y que la modulación de su significado es una batalla política. Por eso considero importante mantener el debate sobre conceptos que tienen vigencia social, aunque sepamos de antemano que jamás llegaremos a tornear una vasija de acabado perfecto por contenedor.

Creo que sirve para que no se pierdan sus distintos matices útiles, para que no desaparezcan los mundos compartidos en cuyas narraciones nos encontramos y, joder, sobre todo para no acabar echando a los muchos que nos seguimos imaginando dentro de esa gran izquierda difusa e intuitiva.

Disclaimer: Este post es la jodida vergüenza de un “científico social” en cuanto a definición conceptual, es una cosa bastante eyaculatoria que mezcla distintos planos de la realidad y de las ciencias sociales. Y, sin embargo, carente como es de rigor, se acerca bastante a lo que pienso.

Paisajes sin contextos en Tetuán

El otro día escribí un post en MMM acerca de Paisajes Tetuán, un proyecto del Ayuntamiento de Madrid en el que trabajan un buen número de colectivos y artistas coordinados por Intermediae. El título era aparentemente provocador y hasta amarillista: “porque creo que el buen rollo puede ser totalitario”. Lo puse provisionalmente, a vuelapluma, mientras escribía un artículo de opinión curioso: una mezcla de opinión personal y de volcado de una reflexión colectiva llevada a cabo por una serie de vecinos que habíamos estado conversando, de manera informal, sobre ello. Cuando acabé de escribirlo decidí dejarlo: creo que refleja lo que después dice el artículo.

Resumiendo para poder pasar a otra cosa: éste tipo de proyectos de cara amable del ayuntamiento se producen a la vez que la institución reprime el mismo tipo de manifestaciones. Paga por graffity mientras multa con 3000 euros a artistas urbanos; potencia unos huertos urbanos mientras prohibe y destruye otros; patrocina debates sobre gentrificación a la vez que es – conscientemente- el mayor agente gentrificador de la ciudad…Entonces, el artículo no pretendía criticar a los artistas participantes ni sus obras, sino el encaje último que estos proyectos, interpretamos, tienen en el discurso global del ayuntamiento: podrás hacer éste tipo de cosas cuando yo lo permita y lo sancione. Me parecía entonces, volviendo al título, un instrumento más dentro de una política actual del ayuntamiento que, con un amplio consenso, podemos definir como totalitaria.

Arte urbano crítico encontrado en la plaza del poeta Leopoldo de Luis

Arte urbano crítico encontrado en la plaza del poeta Leopoldo de Luis

Pocos días después pude asistir a una ruta crítica a Paisajes de Tetuán organizada por otro grupo de vecinos, absolútamente ajenos a aquellos que elaboramos la reflexión anterior. Algunas de las críticas del anterior artículo estuvieron muy presentes, como la falsedad del presupuesto participativo que supuéstamente corona el proyecto, pero la crítica protagonista (y que sólo aparecía tímidamente en el otro post) es la de ser un proyecto sin contextos.

Francisco, arquitecto y viejo vecino del barrio, contó al inicio que él mismo estuvo presente en las primeras reuniones del proyecto. Según nos contó sugirió que lo primero que habría que hacer era reflexionar cuál era “el paisaje de Tetuán”, pero la representante del Área de las Artes del Ayuntamiento de Madrid no tenía más interés que el de imponer cuáles serían los artistas urbanos que participarían en el proyecto. Él mismo lo dejaba por escrito en otra parte:

“Recuerdo a vuelapluma (y de oído por supuesto) dos sustantivas declaraciones, una referida a que los vecinos no tenían nada que decir sobre la labor de ”los artistas” libres de hacer lo que quisieran (no con mi dinero añadiría yo, ni eludiendo lo que el contrato implicaba de participación) y la otra que literalmente fue un lapsus freudiano que fue intentado corregir sobre la marcha que decía más o menos así “si hay que REBAJAR LA CALIDAD por culpa de los vecinos, se rebaja…” lo que daba por sentado que la participación vecinal, nunca diseñada en el sentido de proceso en este proyecto, sólo podría dar lugar a una pérdida de la calidad (¿) ”

Pillamos a Borondo en faena

Pillamos a Borondo en faena

Francisco, que abandonó las reuniones después de constatar que el proceso no era ni participativo ni pretendía operar sobre el paisaje de Tetuán (sino más bien paisajizarlo), decía que no se trataba de que quien fuera a pintar los muros fuera de Tetuan – “como si vienen artistas extranjeros” – sino de que existiera un esfuerzo por entender el barrio, a ser posible entre todos, y que la obra adquiriese un significado integrado con el mismo. Algo similar opinaría Agustín, otro vecino urbanista presente, que diría del mural de San “ es una buena ilustración que podría estar lo mismo aquí que en cualquier otro sitio”.

Empezamos la ruta – Antonio Ortiz, historiador local hizo de guía – viendo los murales de Marqués de Viana. A Borondo le pillamos en plena faena subido a la grúa.

Vimos las obras de San y E1000ink. A unos gustaron más y a otros menos, aunque todos coincidimos en la curiosa elección del solar en el que está el San. Un terreno que se vende y cuyo destino es ser tapado por otro muro antes o después.

El raquítico patio del cole, con árboles en medio. El nuevo patio debería estar, desde el 97, en el solar del huerto

El raquítico patio del cole, con árboles en medio. El nuevo patio debería estar, desde el 97, en el solar del huerto

Después vimos el huerto, tras el Colegio Público Juan Ramón Jimenez. La calle Marqués de Viana áun es una herida urbana que sangra por varios costados. Es fácil apreciar la doble línea de anchura de su trazado, las casas bajas fuera de ordenación, las entradas a los garajes, que se hicieron con la reforma de la calle pero quedaron sin uso…El mismo colegio tiene un patio mínimo, “el único campo de futbito con árboles en medio”, nos decía Antonio. El pequeño patio en teoría debería desaparecer para alinear la calle a su nuevas medidas, y desde el plan del año 97 el terreno anterior debería ser el nuevo patio del cole. Precisamente el terrenito donde está el huerto gestinado por Moenia.

La "presencia" de Suso33. Detrás había una casita okupada, con arte urbano. Ahora no hay nada

La «presencia» de Suso33. Detrás había una casita okupada, con arte urbano. Ahora no hay nada

Atravesamos después una callecita, una calle con restos del Tetuán infraconservado de siempre. En una tapia encontramos una presencia de Suso 33, uno de los artistas que participa en el proyecto. Ésta la borrará el ayuntamiento, sin embargo. Una vecina joven, cuyo nombre no recuerdo, nos contaba que ahí “unos chicos habían okupado una casita vieja, la tenían muy bonita pero el ayuntamiento les echó, la derribó y la tapió. Ahora no hay nada”. En la foto siguiente se ve la casita contigua, mal conservada, que da idea de cómo era.

Casita típica en mal estado. Paisaje abandonado contiguo a la casa okupada derribada por el ayuntamiento y similar a esta

Casita típica en mal estado. Paisaje abandonado contiguo a la casa okupada derribada por el ayuntamiento y similar a esta

Seguimos avanzando por la calle, reparando en lo desarreglado del urbanismo, graffitys, viejos restos de un Tetuán diferente y pobre…Encontramos un interesante edificio tapado. Los propios guías no sabían de qué se trataba, pero otra vecina de tiempo que había acudido al paseo nos contó que era una antigua escuela infantil (los presentes concluimos que antes debía haber sido otra cosa, quizá un edificio religioso). Ha quedado encajonada entre dos edificios y según refirió, fue varias veces okupada, haciéndose un huerto incluso, pero surgieron conflictos con los vecinos y el ayuntamiento acabó tapiándola. Otra vez un pedacito del paisaje destacable de Tetuán tapiado.

Esta original construción ha quedado tapiada y sin uso. Nos cuentan que hubo un huerto urbano

Esta original construción ha quedado tapiada y sin uso. Nos cuentan que hubo un huerto urbano

Al fin llegamos a la plaza de Nuestra Señora del Carmen, donde los chicos de PKMAN y Taller de Casquería, dos colectivos de arquitectos, remataban su obra. Allí alguno de los paseantes con los que íbamos mostró en alto su desagrado, y a algunos, nos pareció mucho mejor y más productivo acercarnos a charlar con los arquitectos, que se mostraron muy amables y receptivos a las críticas.

La obra está construida a partir de una serie de tubos de hormigón armado donados por una empresa constructora (con logo visible en cada tubo) que pretende servir de mirador y espacio polivalente:

“HYPERTUBE busca condensar y superponer en distintos niveles aquellas actividades que normalmente se realizan en una plaza pública como son sentarse para descansar, conversar, contemplar, leer, almorzar… El hecho de utilizar tubos colocados en altura permite que estas actividades se puedan realizar al abrigo de la intemperie añadiendo además la posibilidad de disfrutar de nuevas vistas elevadas sobre los tejados del barrio”

La obra, aun sin terminar, ocupa el centro de la "infraplaza" Imposibilitando el uso de la misma más allá de los propios tubos

La obra, aun sin terminar, ocupa el centro de la «infraplaza» Imposibilitando el uso de la misma más allá de los propios tubos

En el tumulto del debate se acercaron otros vecinos a saber de qué trataba aquello. Un señor mayor explicaba que alli “ en principio iba a ir una iglesia, luego un centro de la Seguridad Social…” Otro vecino más joven, éste sí, asistente a la ruta, comentó que habitualmente allí jugaban los chavales al fútbol. La preocupación era finalmente la misma, aunque desde dos perspectivas distintas: la presencia de la obra impedía el desarrollo de actividades habituales o aspiraciones demandadas durante largo tiempo por los vecinos. Otra chica decía que “no había nada y ahora hay algo, bien está”. Se armo un debate, no exento de confrontaciones, que quizá debería haber surgido antes, y en el que sobrevoló la preocupación, por parte de lo vecinos, de que la presencia de la obra comprometiera la utilidad y el uso del espacio y sirviera de excusa para que el ayuntamiento presente que ya ha hecho algo con aquella plaza-solar, que sin duda pide a gritos que, como mínimo, se allane el terreno, se pongan unos bancos y unos columpios que permitan hacer de la plaza una plaza sin la necesidad de meterse dentro de un tubo de hormigón.

Continuamos hacia Lope de Haro, donde aún no eran visibles las intervenciones previstas, y rematamos la mañana en la plaza del Poeta Leopoldo de Luis. Hay que decir que en esta plaza es donde se han concentrado el mayor número de intervenciones y se han hecho con más cabeza. Preside la plaza ahora un mural de Suso 33, se están pintando frases del poeta (cuya estatua, por cierto, se la llevaron a otra plaza más lucida), se ha acondicionado un espacio de semisombra a base de telas, se han instalado unos macetones… Aunque las intervenciones están hechas con una intención más integradora nos llamaron la atención dos detalles elocuentes.

En el cartel han tachado el "no", luego han pintado una portería

En el cartel han tachado el «no», luego han pintado una portería

En un muro donde un artista imprimaba para pintar las frases del poeta…habían vuelto a dibujar con tiza la portería, porque allí los niños juegan al fútbol. Otra. La gente se había sentado en los bancos alrededor del toldillo, cuyo espacio se ha vaciado, porque en pleno invierno lo que se busca es el sol. No sería significativo – ya llegara el verano – si no fuera porque las intervenciones, se dice en el proyecto “son temporales” (y previsiblemente las endebles estructuras no tendrán mantenimiento).

Y aquí engarzamos con una preocupación que ya hemos señalado que reaparece especialmente en esta plaza: que esta intervención temporal sirva para no hacer otras estructurales y necesarias. En el diálogo afloraba la indignación por el desastre urbanístico de la plaza del Poeta Leopoldo de Luis. “Esta mierda no la hacen en Chamberí, esta mierda nos la ponen en Tetuán”. La misma empresa que hizo el garage que hay debajo diseñó y construyó a mala idea una plaza dura, con desniveles, fea, con una rampa terrible y numerosos pivotes innecesarios que emergen abruptamente en medio de la placita. Desde entonces, el ayuntamiento ha hecho varias intervenciones cosméticas (poner columpios, plantas, etc) Pero todo ha sido en balde por su deficiente estructura, “la única solución sería meter máquina y hacerla de nuevo”, sentenciaban los arquitectos presentes.

Por ultimo, aunque no estaba aún listo en el momento del paseo, en un post en el que se analiza la descontextualización del proyecto, sería injusto no aludir al proyecto más contextualizado de Paisajes de Tetuán, las Ventanas a Tetuán de Bea Burgos. De hecho su proyecto, una serie de ventanas que remiten a videos y textos de memoria del barrio, es puro contexto.

Lo municipal es de todos, no se trata de no participar de ello

Paisajes de Tetuán se aparece como una serie de presencias difusas en el barrio que a algunos se nos antojan, como hemos visto, descontextualizadas. Incrustadas en el territorio de Tetuán sin haberse hecho un análisis previo (y que quizá falta también porque falta esa participación vecinal que se le suponía y que no se ve por ninguna parte). En este sentido, me parece muy distinto de experiencias con participación municipal como Tabacalera o Campo de la Cebada donde, a veces a partir de la propia reivindicación de colectivos del barrio, se ha creado un lugar estable de participación colectiva. Estas últimas no se librarán, me temo, de otras contradicciones que conlleva estar ligadas al ayuntamiento, pero las fuerzas de las corrientes van de abajo a arriba. La prueba es la percepción ¿alguien entiende estos proyectos como municipales?

No se trara, como digo, de renunciar a participar de lo municipal, que al fin y al cabo es de todos. Estos mismos días hemos vivido en Tetuán un hecho que ejemplifica la participación vecinal de recursos públicos, así como cierta contradicción, la reivindicación y el conflicto. El Banco de Alimentos de la Asamblea Popular de Tetuán, que tiene un modelo que intenta primar el apoyo mutuo frente a la caridad, venía utilizando el local de la Asociación de Vecinos de Cuatro Caminos Tetuán como almacén. El local ,en el que la asociación se reunía hace muchos años, es de titularidad municipal y ya hace tiempo que se sabía que la asociación tendría que salir de allí. Curiosamente, el día después de que se emitiera un reportaje sobre el banco de alimentos en un programa de televisión de máxima audiencia se recibió una notificación de que sería precintado al día siguiente. Se organizó un #stopprecinto y, tras parar el intento de desalojo, actuamente se encuentra en un proceso de diálogo con la junta de distrito.

Es más fácil cortar el pelo de los esclavos

Dejo aquí unas palabras de Chesterton para tenerlas grabadas en algún sitio. Pertenecen al libro Lo que está mal en el mundo y , al parecer, es muy conocido, pero yo lo acabo de escuchar por primera vez por boca de Carolina del Olmo en el podcast de la presentación de ¿Dónde está mi tribu? (un libro suyo, muy recomendable). Lo he sacado de aquí

…Hace tiempo algunos médicos y otras personas a las que la ley moderna autorizó a dictar normas a sus conciudadanos menos elegantes emitieron una orden que decía que había que cortar el pelo muy corto a las niñas pequeñas. Me refiero, naturalmente, a aquellas niñas pequeñas cuyos padres fueran pobres.

…los pobres se encuentran tan presionados desde arriba, en submundos de miseria tan apestosos y sofocantes, que no se les debe permitir tener pelo, pues en su caso eso significa tener piojos. En consecuencia, los médicos sugieren suprimir el pelo. No parece habérseles ocurrido suprimir los piojos.

… el obrero tiene que dejar que el pelo de su hijita, primero, sea descuidado por culpa de la pobreza y, segundo, sea abolido en nombre de la higiene. Es posible que él estuviera orgulloso del pelo de su niña. Pero él no cuenta.

Sería largo y laborioso cortar la cabeza de los tiranos; es más fácil cortar el pelo de los esclavos…

… la parábola y el propósito de estas últimas páginas, y sin duda de todas ellas, es esta: afirmar que debemos empezar todo de nuevo y enseguida, y empezar por el otro extremo. Yo empiezo por el pelo de una niña. Sé que es una buena cosa en cualquier caso. Cualquier otra cosa es mala, pero el orgullo que siente una buena madre por la belleza de su hija es bueno. Es una de esas ternuras inexorables que son las piedras de toque de toda época y raza. Si hay otras cosas en su contra, hay que acabar con esas otras cosas. Si los terratenientes, las leyes, y las ciencias están en contra, habrá que acabar con los terratenientes, las leyes y las ciencias. Con el pelo rojo de una golfilla del arroyo prenderé fuego a toda la civilización moderna. Porque una niña debe tener el pelo largo, debe tener el pelo limpio; porque debe tener el pelo limpio, no debe tener un hogar sucio; porque no debe tener un hogar sucio, debe tener una madre libre y disponible; porque debe tener una madre libre, no debe tener un terrateniente usurero; porque no debe haber un terrateniente usurero debe haber una redistribución de la propiedad; porque debe haber una redistribución de la propiedad, debe haber una revolución.

La pequeña golfilla de pelo rojo dorado, a la que acabo de ver pasar junto a mi casa, no debe ser afeitada, ni lisiada, ni alterada; su pelo no debe ser cortado como el de un convicto; todos los reinos de la tierra deben ser destrozados y mutilados para servirla a ella. Ella es la imagen humana y sagrada; a su alrededor, la trama social debe oscilar, romperse y caer; los pilares de la sociedad vacilarán y los tejados más antiguos se desplomarán, pero no habrá de dañarse ni un pelo de su cabeza.

El extrañamiento como medida de la gentrificación

En inglés home puede significar además de hogar algo así como patria (así el right to a home de la Declaración Universal de los Derecho Humanos cobra matices de los que carece en castellano). Las implicaciones del concepto incluyen que el derecho a la vivienda no es simplemente derecho a tener un agujero dónde caerse muerto, incluye también condiciones dignas de vida, acceso a infraestructuras, comunicaciones…y también la adecuación de ese hogar a la diversidad cultural que portamos y que define nuestra vida cotidiana.

En El Derecho a una vivienda John Gledhill explica el extrañamiento social producido en personas obligadas a vivir súbitamente en casas y barrios muy diferentes a aquellos en los que se ha desarrollado su vida: migrantes, afectados por catástrofes naturales, habitantes de barrios chabolistas realojados en lugares que no se adaptan a su forma de vida…

Gente que ve su silueta recortada en un mundo que a menudo es objetivamente hostil, pero que también les es agresivo por el mero hecho de no casar con su persona. Una disonancia cognitiva.

Ésta es la razón por la que los migrantes del campo construyeron en la ciudad barrios que recordaban a pueblos. Tetuán, por ejemplo, con sus casas bajas y sus corrales. Unas condiciones materiales que, además, llevan acarreadas también una forma de vida: de sociabilidad, de familia más o menos extensa…

A la inversa, es típico de migrantes que quieren vivir la ilusión – real o imaginada – de haber prosperado, construir en sus lugares de origen casas que se diferencian radicalmente de las típicas del lugar. También sentir vergüenza frente a las amistades de sus nuevos lugares de residencia de sus casas o sus formas de vida natales. Es otro tipo de extrañamiento. De vuelta.

Recientemente pasé de noche por la calle Conde Duque y sentí – sin ánimo de compararme con un migrante o un desplazado – un principio de extrañamiento. Tengo que contar que de pequeño viví en esta calle y que durante muchos más años era extraño el domingo que faltábamos al ritual de la comida en casa de mi abuela, en la casa familiar, donde- literalmente, en la cama – nació mi padre. Bajábamos al parque del cuartel, pasando por delante de los guardias civiles que aún guardaban una parte del descascarillado cuartel. Comprábamos golosinas en la tienda de Claudia “la lechera”.

Guardo con esa calle, pues, lazos sentimentales y de vecindad que he ido renovando con los años, volviendo siempre de una u otra forma: tengo amigos que viven allí y trabajo en un periódico local de la zona.

A partir de finales de los ochenta el barrio mejoró mucho: el ayuntamiento pavimentó las calles, arregló la mayor parte del cuartel y subvencionó las rehabilitaciones de muchas fincas. Quería dejar constancia de que mi nostalgia no es inmovilista: no hecho de menos los tiempos en los que jugaba, de niño, entre jeringuillas que tapizaban el parque infantil del Conde Duque.

Poco a poco, parte del vecindario fue renovándose y algunos comercios también fueron cambiando (Claudia se jubiló), pero mi percepción no ha sido hasta la fecha de ruptura. De sentirme extraño.

Sin embargo, el otro día me sentí, de repente, como se debe sentir la pobre portada de Pedro de Ribera en el Conde Duque (tras la última reforma, en la que se gastaron 70 millones de euros en convertir el edificio barroco en una suerte de edificio industrial).

Al bar que tiene – o tenía, no sé ya – el chaval que mi padre me cuenta trabajaba en tiempos en “el bar de Isma”, le han permitido poner un enorme cenador que ocupa buena parte de la Plaza de Cristino Martos, se escucha música en la calle, los comercios – muchos nuevos, muy modernos- cierran tarde, la gente puebla la calle a horas que antes no lo hacía…De repente Malasaña.

Me dicen que pronto la calle será peatonal los domingos, a la espera de que se peatonalice definitivamente, y que se está orquestando el desembarco de un nuevo barrio marca: lo que conocíamos como Noviciado-Conde Duque quieren que sea El barrio de la música. Una marca amable, mucho menos arisca que la vecina Triball, y que obedece a la presencia de diversas instituciones (el conservatorio de Amaniel, la Escuela Superior de Canto y el propio auditorio del Conde Duque). Pero una etiqueta artificial, de todas formas.

Llamamos gentrificación a una serie de procesos a veces difícilmente delimitables. No siempre somos capaces de separar extrictamente los cambios lógicos de un lugar– sanos e inevitables- de las rupturas violentas y que expulsan al vecindario. La evolución de la colonización cultural. El otro día, paseando por Conde Duque, sentí ese extrañamiento del que os hablaba al principio del artículo, me sentí como un inmigrante en el que considero mi barrio.

La ñoñería como activo político

ososÚltimamente me noto de un sensiblón que da asco. Bueno, últimamente no: ya va para años. Me sorprendo en el metro humedeciendo el lagrimal con cualquier detalle que otrora me hubiera pasado desapercibido. Un gesto de complicidad sincero, por ejemplo. Por las mismas, las lágrimas se hacen laguito en el gesto tenso, rabioso, también en sentido contrario: una mirada que se adivina vaciada de ganas de vivir por la miseria, unos pies cansados de la vida… No creo errar mucho si digo que ser padre fue un punto de inflexión en este sentido, de alguna manera me abrió los poros . Esto soy yo, el Luis sensiblero a solas con el transcurrir del mundo a su alrededor.

Luego está el ¿excesivo? barniz de azúcar que recubre el entorno activista en el que me muevo. Grupos de whatsapp, hilos de twitter y, por supuesto, reuniones físicas. Todo son elogios, abrazos, mimos y almibar. En este sentido, reconozco que yo soy mucho más recogido en colectivo que a solas, aunque cada vez menos. El 15M empezó todo esto, éste fue otro punto de inflexión, en este caso colectivo. Y me atrevería a decir que en la medida que el acontecimiento –explosión se convirtió en compromiso sostenido se reforzó.

En Sociofobia, César Rendueles habla de los cuidados como una característica distintivamente humana, a la altura de la racionalidad, que ha quedado sepultada por el individualismo triunfante. El ser humano lo es también en la medida que cuida de los demás, desde que es cría (uno de los mamíferos, ya se sabe, más desvalidos de la naturaleza), hasta que es anciano. También la tradición feminista ha tratado prolijamente el trabajo de cuidados como el gran olvidado de la economía y, sin embargo, absolutamente indispensable para la reproducción social. Y otras desde aquel mayo. La ternura es revolucionaria, que dijo el Che. Nos tocan a una, nos tocan a todas.

Sea como fuere, el 15M lo ha incorporado a su funcionamiento cotidiano. Se trata de una manifestación de la empatía, del poner a la persona – como siempre fue – en el centro de la reivindicación, de utilizar los cuerpos como escudos y armas políticas… Es consecuencia lógica de una de las razones por las que ocupamos la plaza: porque nos teníamos ganas.

Los elogios edulcorados que vivimos cada día en las los entornos del 15M son palmadas para aguantar el tirón. La fragilidad emocional que, para bien y para mal, siento cada día al palpar la realidad en el metro, es síntoma de estar más licuado con el resto. Por ser papá y por haberme juntado con una panda de locos llorones me siento emocionalmente más preparado para avanzar, para pelear contra un control social refractario a que nos cuidemos porque sus beneficiarios saben que ese es el camino del cambio social. De la revolución.

Así que, una vez superados el pudor y los prejuicios: a darse mimitos, que es política de la buena.

P.D: La emotividad activista a veces trae también momentos de fragilidad que se superan, como no, peleando bien acompañado, cuidando y dejándose cuidar. Ayer la imagen mental de los hijos de Mohamed en la calle me dejó un boquete en el pecho que vomitó unos versos.

Una mañana, los bebés de Mohamed desahuciados del futuro

Demasiadas mañanas me disuelvo
suspendido en el vacío,
sujeto boca arriba por jirones
de los días.
Demasiadas mañanas tengo miedo
y ando hacia delante, a la bocacalle,
manteniéndome a penas en pie,
sujeto sobre las piernas
gracias a una fuerza que tira
hacia arriba:
que anida en la cabeza y duele.
Demasiadas mañanas me tambaleo,
busco el norte en un aliento
cercano.
Demasiadas mañanas con la nada
que separa mi cuerpo del mundo

P.D2: Igual ya lo sabes, voy a ser de nuevo papá y no estoy dispuesto a que mis cachorros crezcan en este páramo de inmundicia ¡Que se preparen los malos!

Silencios cotidianos que nos hacen feos

Hoy, que muchos periódicos contienen historias tremebundas, narradas en primera persona por presos torturados durante el franquismo, la mayor de mis rabias (la mayor de mis impotencias también) viene dada por los silencios que estas voces, escuchadas como novedosas en 2013, desvelan. Sus historias ya las sabíamos, no hay exclusiva en ellas, pero las quisimos olvidar, como dictaban las leyes escritas (las de punto final en forma de amnistías) y las pactadas tácitamente: la Transición y sus tentáculos sociales de adormidera. Sus voces han sido vergonzosamente acalladas durante más de tres décadas…hasta que una panda de valientes querellantes y una jueza argentina han irrumpido en nuestra cotidianidad como un manotazo que cae sonoramente, con el peso de la injusticia acumulada como polvo a sus espaldas. Y resonó.

Suelo decir que los matones de la policía que disparaban en las manifestaciones de la Transición (junto con sus amigos de extrema derecha: eran los mismos) han sido los mentores de los policías que hoy sacan la porra a pasear en las manifestaciones o se ceban con los inmigrantes. Cuando no son todavía sus mandos. Lo solía decir sin personalizar, con los simples datos del sentido común: nunca se hizo una transición en los cuerpos de seguridad del Estado. Hoy, leyendo a propósito de la querella, ponía algunos nombres y apellidos a estos torturadores empotrados en nuestra normalidad:

“Jesús González Reglero, comisario en Leganés, es uno de torturadores mencionados en la denuncia de Alfredo Rodriguez Bonilla, y que ha servido para que Argentina pida la extradición de otro de sus torturadores, el policía José Ignacio Gonzalez Giralte.” El tal Giralde además, se puede leer en la misma información, fue denunciado por sus subordinados siendo comisario de Alcobendas en 2000. Por su parte, el hermano de Reglero, que también fue matón de la cuadrilla de Billy el Niño, fue nombrado en 2010 comisario de Getafe. La de fascistas torturadores que seguirán impartiendo doctrina y palo en nuestras comisarías.

Cada día paso por delante de la comisaría de Leganés, que está justo enfrente de mi lugar de trabajo. Cada día, con prisas unas veces, desperezándome otras…Cotidinemente por la puerta de la casa donde un torturador ordena y manda.

Conviene saber que, por más que hayamos hecho como si no ocurriera tal cosa, cotidianamente nos juzgan jueces franquistas también, próceres del franquismo con responsabilidades muy serias a sus espaldas están a la cabeza de entidades como el famoso banco malo (antes también en el Sogecable). Cotidianamente, incluso, tenemos un jefe de Estado franquista.

* También escribí aquí: Una policía coherente con nuestra historia

Por qué me cago en el espíritu olímpico

“Más rápido, más alto, más fuerte” A costa de lo que sea, le faltó decir al barón Pierre de Coubertain cuando definió, en forma de lema latino – Citius altius fortius– la máxima del espíritu olímpico ¿No se trataba de participar? ¿de la fraternidad? Ni como empujón al afán de superación me sirven esas palabras, que sólo dejan sitio en sus caracteres a la competencia.

…porque nos echan de casa

Leía hoy en un artículo de un articulista turco que

Estos proyectos traen consigo muchas demoliciones. Por lo general, éstos se manifiestan con la expulsión de «lo sucio», «lo feo», las personas de clase baja «irregulares» hacia los límites de la ciudad. Los desalojos forzosos y las demoliciones de algunos barrios son la cara sucia, oculta de los Juegos Olímpicos.

Según el informe del Centro de Derechos de Vivienda y Desalojos (COHRE) [The Centre on Housing Rights and Evictions/COHRE] entre 1998 y 2008 al menos cuatro millones de personas fueron desalojadas de sus hogares en todo el mundo debido a la celebración de los Juegos Olímpicos. Otro informe de la relatora de la ONU Raquel Rolnik no sólo señala que el número de desalojos ha ido en aumento, sino que también menciona varios impactos negativos de los Juegos Olímpicos en la ciudad, como los aumentos en los precios de los alquileres, las políticas de vivienda social y la degradación del espacio.

Se trata esta, la de la gentrificación acelerada por los grandes eventos, de una tendencia globalizada del capitalismo financiero. Una más, que bien conocen los damnificados del milagro barcelonés en Ciutat Vella.

El capitalismo, dice David Harvey, acostumbra a intentar superar sus crisis cíclicas de sobreacumulación construyendo. Aquí, en Madrid, sabemos mucho de eso: en ningún sitio se ha construido más y más rápido. La situación de nuestra caja de ahorros, la que más activos negativos en forma de ladrillos atesora y la que más desahucia, da fe de ello ¿Seguimos huyendo hacia delante?

…porque esto es espectáculo

Del malo. Decía Guy Debord que “toda la vida de las sociedades en las que dominan las condiciones modernas de producción se presenta como una inmensa acumulación de espectáculos. Todo lo que era vivido directamente se aparta en una representación”

No lo olvidemos: detrás del blockbuster de la final de los 100 metros lisos están los señores de las finanzas que alternan en el palco del Bernabeu y en los grandes consejos de administración. Son los mismos que patrocinan parte de los gastos del proyecto olímpico (y que esperan beneficiarse de ello en forma de concesiones). Detrás de las historias humanas de la villa olímpica está el neoliberalismo ladrillista.

That’s Entertainment! …y también es ideología

El listado de demostraciones políticas abominables por parte de los rectores de los destinos de los juegos es amplio y bien conocido: los juegos olímpicos del 36 con Hitler en la grada, el dejar pasar la matanza de Tlatelolco en México a punto de empezar México 68, el apoyo implícito al gobierno chino en Pekín 2008… En los últimos juegos, sin ir más lejos, existía un listado de elementos prohibidos en la que convivían cámaras de fotos y camisetas con motivos del Che Guevara.

Una pléyade de actitudes deleznables que poco tienen de inocentes, algo que queda claro fijándose en qué es el COI, un organismo formado por una panda de ricachones (casi un 10% de los cuales pertenecen a distintas familias reales), que, lejos de contemplar mecanismos democráticos, eligen a sus miembros por cooptación. Las anteriormente listadas son, entonces, actitudes políticas perfectamente comprensibles en un club de oligarcas con poco apego por la democracia.

…y política de Estado

Podemos pasar por alto – por evidente, no por insignificante- el sonrojante baile de política de salón lobbista de las autoridades en los saloncitos de té del mundo. Pero ¿podemos pasar por alto desde una perspectiva izquierdista lo que tiene de representación del status quo internacional de la peor política entre estados?

Decía ya hace tiempo Javier Ortiz que:

Los Juegos Olímpicos (JJOO) están mucho más emparentados con las guerras, las rivalidades a muerte y los conflictos entre naciones que con el afán de paz, la noble competencia y el esfuerzo de superación en buena lid que pretenden sus exegetas. Lo estuvieron ya en la Grecia antigua, donde jamás pusieron fin a ninguna guerra (de hecho, su prueba estelar, la maratón, se estableció para conmemorar el anuncio de una victoria militar), y lo han estado en la Era Moderna, cuyas celebraciones han bailado una y otra vez al son marcado por la relación de fuerzas interestatales imperante en cada momento.

Al final ¿se trataba de deporte?

Mis vecinos de Chamberí han tenido que soportar, por aquello de alcanzar el sueño del Madrid olímpico, que el estadio-polideportivo de Vallehermoso haya permanecido cerrado desde 2007, y que finalmente se vaya a convertir en un gigantesco gimnasio privado con spa. Yo mismo participé allí en unas olimpiadas de mi colegio en los lejanos años de tercero de BUP.

Esta mañana pasé por la cancha de futbito del parque de Conde Duque (cutre, casi la única para todo el distrito Centro de Madrid). Jugaban al fútbol, como es habitual, cinco contra cinco, pero sólo dos chicos, uno de cada equipo, tocaban la pelota. Corrían y chutaban con una fuerza descomunal, con la vestimenta, la pose y la actitud de Cristiano Ronaldo ¿Deporte o espectáculo en el parque?

Por algunas de las razones que ya he planteado antes, creo que el deporte profesional, el mismo que escupe cuarentones artríticos de rótulas trituradas, es socialmente menos útil que el deporte de base. Me dirán algunos que forma parte de la misma cadena. A ellos les pregunto ¿por qué le quitan entonces esos políticos amantes del deporte la piscina a mis vecinos? Diego lo dejaba muy claro hoy mismo: toca elegir entre servicios públicos y juegos olímpicos.

Me cago en el espíritu olímpico, en definitiva, porque supone una transferencia bestial de renta pública a manos privadas; porque andamos sobrados de edificios abandonados a los que cubre la hiedra de la vergüenza; porque la ciudad debe ser de quienes la construyen y no de quienes la edifican; porque no quiero que nos metan a los feos y a los respondones debajo de la alfombra; porque queremos pagar canchas de baloncesto con nuestros exiguos fondos y no palacios vacíos. Y medicina, educación, cultura… Porque es una cosa muy facha disfrazada de show fraternal, a poco que lo mires; porque ya está bien de que nos tomen por tontos útiles que no agitan más que banderitas ; porque, de verdad, no vislumbro ningún beneficio en sacrificar corderos a los dioses del ladrillo que nos han traído hasta aquí ni en vender más cervezas durante un mes.

Por esto y más, me cago en el espíritu olímpico

Javier Ortiz escribió mucho sobre el tema. Dejo aquí algunos de sus artículos al respecto

Todo lo que he escrito sobre Ofelia Nieto

Recopilo algunas cosas que he venido escribiendo sobre Ofelia Nieto 29 en los últimos tiempos (las que tienen contenido, me salto un par de posts que informaban de citas). La compilación tiene sentido porque han aparecido hasta en cuatro sitios distintos
Va por orden cronológico;

Victorias íntimas

Hoy he llorado en el andén del tren

camino de trabajo.

O bella ciao, bella ciao, bella ciao, ciao, ciao

Sí, sonaba Bella Ciao

y resonaban frente a mi

las bocinas de los coches

que pasaban esta madrugada por Ofelia

y enunciaban enérgicas

¡SÍ SE PUEDE!, ¡SÍ SE PUEDE!

Así:

¡PI PI PIPI!, ¡PI PI PIPI!

Dejo este pequeño rastro

desde el trabajo,

con lágrimas figuradas

flotando en la pantalla,

con Bella Ciao en los cascos

y un desfile de rostros recios

desbordados, emocionados,

en una atmósfera de vapor

de lágrima digna, nacido en el calor

del asfalto de un verano madrileño

digno como pocos.

Una mattina mi son svegliato,

e ho trovato l’invasor.

Las bocinas de los coches

que pasaban esta madrugada por Ofelia

enunciaban enérgicas

¡SÍ SE PUEDE!, ¡SÍ SE PUEDE!

Así:

¡PI PI PIPI!, ¡PI PI PIPI!

Y la policía no se atrevió a aparecer