Editar para aprender

*Descargar Curas, estudiantes y rockeros. Estampas históricas de todas las Malasañas en formato .epub

Actualización: a pesar de haberlo releido varias veces en su momento, me consta que el libro está lleno de erratas. Oajalá encuentre tiempo para corregirlo. Mientras tanto sean indulgentes con el regalo. ¡Hay una errata hasta en la portada!

Les presento, señoras y señores, mi primer librito, Curas, estudiantes y rockeros: estampas históricas de todas las Malasañas. Una modesta recopilación de artículos de divulgación histórica aparecidos en Somos Malasaña durante los tres últimos años. Ha resultado divertido corregir los textos, agruparlos y montar el .epub que – salvo porque utilizo distintos sistemas operativos – se ha construido totalmente con software libre (LibreOffice, Notepad ++, Sigil –menudas morcillas mete en el código – Gimp, y Paint.net). En cuanto a la licencia de uso, he hecho una declaración de devolución del texto al Dominio Público (para aquellos que me vayan a decir que esto no es posible en el ordenamiento jurídico español escribí en su día este post). El texto se ofrece gratuitamente.

La idea, sin plazo definido, es ofrecerlo también en papel, en alguna de las plataformas de impresión a demanda que han proliferado en los últimos años ¿sugerencias? Me tomo la edición de Curas, estudiantes… como un ejercicio de aprendizaje, y como tal, lo que de verdad me pide el cuerpo es hacer una pequeña tirada en imprenta y negociar la distribución yo mismo en locales del barrio (no necesariamente librerías), pero me temo que esto exige tomarse un tiempo del que actualmente no dispongo.

En fin, los kindlelianos ya sabéis convertir el libro tirando de Calibre, para los demás, aunque recomiendo siempre leer en ereader, hay distintas aplicaciones móviles o la posibilidad de leerlo usando Firefox con la extensión EPUBReader . El PDF (que algunos me habéis pedido) llegará junto con la edición en papel por razones obvias de economía de esfuerzos.

 

Descargar Curas, estudiantes y rockeros. Estampas históricas de todas las Malasañas en formato .epub

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Soplar tres velas

(Falta foto)

Estoy tan contento hoy que no me apetecía buscar un titular más original. Tres años saliendo cada día (descansamos en agosto) es para mi es ya un éxito. Y que nos quiten  lo bailao.

P.S: En la foto falta Antoñito Martínez Marcos, que peleó duro en los principios y sin el que tampoco estaríamos aquí

Problemas en la emisión

Por si algún incauto ha pasado recientemente por aquí, que sepáis que no he hecho huelga anticipada, he tenido unos problemillas técnicos que han dado al traste con la BBDD del blog. He recuperado una copia antigua y el resto de artículos los voy a ir metiendo poco a poco…pero se han perdido los comentarios, que eran pocos pero jugosos :-(

Debo dar las gracias a Arturo por su soporte técnico, paciencia y apoyo espiritual

Ya tocaba escribir sobre bibliotecas

Creo que nunca antes había escrito en un blog sobre bibliotecas (que es una de las facetas profesionales que he cultivado y practico aún hoy). Recuerdo haber escrito en blogs y otros medios digitales en los últimos años acerca de cine, política, redes, baretos, de lo divino y de lo humano (a veces tan humano que el tema me interesaba un bledo más allá de la remuneración). Pero nunca de bibliotecas. Muchas veces escribí, eso sí, de asuntos que tocaban directamente el quehacer bibliotecario: sobre propiedad intelectual, cultura, nuevas tecnologías o edición digital.

Poniendo en limpio las ideas y el escritorio he dado recientemente con unos papeles mil veces emborronados con apuntes sobre el tema, también con un viejo borrador inconcluso desde hace (calculo) un año sobre bibliotecas y transmedia, y me he decidido a inaugurar sección y rutina: un articulillo semanal sobre bibliotecas, bajo el leiv motiv Bibliotecas: rastreando tendencias para formular nuevas preguntas.

Primera estapa a cubrir: no faltar a mi cita desde esta primera semana

Actualización: evidentemetne no estoy cumpliendo. Tengo los borradores empezados pero me piden trabajarlos más antes de volcarlos aquí.

El buen periodismo se lee en libros

La semana pasada en el Congreso de Periodismo Digital de Huesca tuve el placer de conocer a Fernando García Mongay, alma máter de la cita. Tuve allí la ocasión de que me contara ilusionado su nuevo proyecto editorial: una casa para el periodismo en formato electrónico. eCícero publicará reportajes, crónicas, entrevistas y otras cargas de no ficción de unas 30.000 palabras (calculo yo).

Fernando nos regaló un ejemplar en papel de Capitan Dadis de Jon Lee Anderson, el primer volumen que eCícero ha sacado a la venta. Un librito en papel sin ISBN porque no se vende: dando la vuelta a la asociación habitual de ideas, el papel sirve para promocionar los bits, una máxima no declarada que me recuerda a la de “el papel es para las ocasiones” de otra editorial nativa digital.

En principio eCícero sacará un libro de no ficción al mes, aunque Fernando nos contó que la intención es poder recibir, “como una revista”, un título a la semana directamente en el ereader.

En relación con el periodismo sosegado y –en esta ocasión- bien encuadernado, esta iniciativa viene a sumarse a la aventura de los chicos de Libros del KO (con quien también coincidimos en el mismo congreso). Otra iniciativa a la que no se puede perder la pista.

Olvidaste el nombre y no pudiste encontrarlo nunca más

He tenido hoy una discusión amistosa con un par de amigos sobre el tuit que hoy sacamos en MMM a propósito del cambio de nombre temporal de la estación de metro de Sol. Me tiraban de las orejas estos amigos advirtiéndome de que el mensaje era falso e incorrecto hasta lingüísticamente, pues se trataba de un patrocinio y no de una privatización. El tuit no lo había escrito yo, pero en cualquier caso lo he defendido:

@madridmemata

Madrid privatiza hasta el nombre de las estaciones de @metro_madrid. Sol, la primera ccaa.elpais.com/ccaa/2012/03/1…

En mi opinión el tuit es absolutamente claro, al margen de que el enlace –como debe ser en internet en general y en twitter en particular- le da el contexto. Es lo de menos. La pequeña reflexión que quería trasladar aquí es que este patrocinio (que evidentemente lo es) SÍ constituye una privatización del espacio público, como lo son también las ocupaciones comerciales de la plaza del Callao, o la cesión de plazas a firmas comerciales a las que nos tiene acostumbrado nuestro ayuntamiento. Luego podríamos discutir si nos sale a cuenta alquilarnos por parcelas, pero esa película es otra.

El tuit lo decía claro, se privatiza “hasta el nombre de las estaciones”, no es la estación misma la que se vende, no –si se quiere se alquila, por el carácter temporal de la transacción- pero sí una parte: su identidad, su nombre, el breve espacio que uno entendía común y referencia. Si uno quiere saber dónde está mira a ese letrero (ni que decir tiene que para un foráneo poco ducho en tecnología esto va más allá de lo simbólico); si uno quiere publicidad mira los espacios reservados para la misma. O así era hasta hace poco, pues de repente los vagones y las paredes mismas del suburbano se convirtieron en gigantescos spots que te engullen literalmente. El espacio común (y público) se achica y nos asfixia por momentos, y este “patrocinio” es un pasito más, pero un pasito de ese gigante que llevamos subidos a la chepa y que nos impide caminar por las calles reconociéndonos a nosotros mismos y a nuestros semejantes más allá de ser pegotes adosados a un colorido atrezzo de nolugar.

La Puerta del Sol es el lugar por excelencia de los madrileños, lo fue desde antes de ser el centro de la ciudad, cuando la vida y el comercio se jugaban extramuros. Lo fue siempre: es el lugar de las grandes fotos. Si un día olvidamos su nombre seguramente olvidaremos también como llegar allí.

*Diego lo explica muy bien en MMM

Telefónica a por la Neutralidad de la red

nternet no es un milagro, es una estructura con unas bases sólidas basadas en la libertad. Uno de sus principios de diseño fundamentales es la Neutralidad de la red, a la que le han salido muchos enemigos en los últimos tiempos.

Es una batalla importante, pero tiene el problema de que se necesita comprender primero los conceptos para atisbar la magnitud del peligro y leer con finura la política de salón de telecos en instancias ministeriales para verlas venir.

En Las Indias nos explican como el envite de este año es más sutil y torticero que el habitual de hacer lobby para cambiar la legislación directa . Alierta y los suyos están dictando a Rajoy (literalmente, hay trasposición de informes encargados por Telefónica y proyecto de ley) el “anteproyecto de ley de reforma de las instituciones reguladoras modifica las reglas de la competencia, sometiendo el control de los organismos reguladores supuestamente independientes a decisión política (los ministerios juzgarán si el nuevo organismo es competente o no en cada caso) y se eliminará a favor de criterios más amplios, el foco de CNC en la garantía de la competencia que tantas multas había impuesto a las operadoras. Justo lo que Telefónica quería”.

Tenemos la obligación de plantar cara, de momento se trata de algo poco conocido que debe salir a la luz.

Del espíritu de lo libre y las licencias. Un manotazo de rabia sobre el logo de CC

Siempre consideré que la principal razón para utilizar licencias libres es ideológica. Aclaro: hablo de la principal razón que me mueve. A mi. Entiendo que existen otras razones absolútamente reales que tienen que ver con la eficiciencia en la sociedad postindustrial, de la información o como queramos llamar a este mundo que se debate entre morir y nacer. Estas últimas son el caballo de troya que las introdujo en las escuelas de negocios y en los blogs de gurureo encorbatado: el software libre es su caso de éxito y construyen una nueva filosofía empresarial sobre lo libre que entronca teóricamente con presupuestos liberales. Bienvenidas sean estas razones, muy reales como digo, que sencillamente no son las mías principales.

Mis razones, que tienen que ver con lo común, tienen en el fondo también aspiraciones de practicidad: uno cree que hacer un mundo mejor pasa por ensanchar todo lo posible la franja del procomún. Facilitar la circulación del conocimiento, democratizar lo mimbres de la producción y asumir que la remezcla es el alma misma de la creatividad humana.

Entiendo que hay una diferencia importante entre esta visión de y la visión “oportunista” de la ideología de empresa. En el primero de los casos lo libre es un fin en si mismo, en el segundo una herramienta. En el primero de los casos -por eso lo señalaba como ideológico- la aspiración no debería ceder nunca, en el segundo, su conveniencia depende exclusivamente del contexto.

Luego están las licencias. Paradójicamente con estas suele suceder al revés en cierto modo. Las licencias son una herramienta, un pequeño documento de declaración legal que pretende tender puentes entre una realidad legislativa nacida del siglo XIX y el siglo XXI por llegar . Pero sucede a menudo que muchos de los portadores de licencias Creative Commons y similares las entienden como un fin, y escudriñan los términos del contrato desconfiados para lanzar su ira contra aquel que, a veces pícaro a veces poco ducho, vulnera el contrato. Cabe preguntarles ¿Queréis que vuestra idea vuele? ¿queréis ser realmente útiles? Seguramente el hecho de que casi el 70% de las obras licenciadas con CC no serían consideradas libres si estuviéramos hablando de software (por no permitir el uso comercial) dice algo al respecto.

Puedo entender -me parece bien, de hecho- que la gente quiera ganar dinero con aquello que le ha llevado trabajo (cosa que no es incompatible con dotar de alas a tus creaciones, por cierto) pero me cuesta entender que prefiera ganar dinero a crear (remezclar) ideas. Me cuesta entender que un escritor no escriba para ser leído, que un investigador no cree medicamentos para curar gente, o que un programador no desarrolle software con el fin de facilitar las operaciones que a buen seguro impulsaron su necesidad de escribir código.

Creative Commons es una matización del copyright, lo que le resta potencia para luchar contra la propia legitimidad de este concepto. Según el modelo, los propietarios de los derechos pueden liberar parte de los mismos a la carta, haciendo más o menos libre el proceso de distribución de la obra según se escoja de entre el abanico de licencias disponibles. Pero para poder hacer esto previamente hay que reconocer el copyright. Y -ya decía al principio del artículo que estos párrafos representan sólo mi particular visión del tema- la propiedad intelectual (que no el reconocimiento intelectual) es algo a lo que hay que oponerse por principio ¿dónde empieza lo que tu inventaste y dónde termina lo que recogiste por el camino? No te lo regalo, es también tuyo, acuérdate de no borrar la impronta que dejé en la idea. Nómbrame.

Sería de todos modos necio negar lo que CC ha hecho por abrir el debate, por hacer conocida una mirada crítica sobre la propiedad intelectual antes limitada a los mundos del software o los departamentos académicos. Esto hace más sangrante la costumbre habitual de tomar las licencias como fines inamovibles en lugar de como herramientas que facilitan la extensión de la cultura y la información. También apena que el éxito de la doble C signifique el ocultamiento de otros tipos de licencia.

Y sobre todo que tantas veces signifique olvidar que las licencias deberían ser una herramienta para el espíritu de lo libre.

Actualización: me hace ver David en los comentarios -con razón- que no es necio “negar lo que CC ha hecho por abrir el debate“. Pues claro que no, hay razones potentes para adoptar esta postura (que en gran medida están también en este post). Perdóneseme el absoluto que era más retórico que meditado.

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¿Qué es un libro?

En cuanto a unidad de conocimiento el libro hace ya muchos años que está en el punto de mira como el próximo objeto fénix que tiene que morir para nacer distinto. Sus muertes más populares tienen que ver con el formato físico (el libro electrónico ya está aquí), y más tímidamente con las licencias de uso. Poco más.

Durante los últimos años vengo escribiendo en Somos Malasaña un artículo casi semanal (los alterno con otros temas) sobre la historia y actualidad de las calles de este barrio madrileño. Desde hace ya tiempo tengo claro que en algún momento, con las debidas correcciones que los artículos le deben a lo coyuntural y a la urgencia, los reuniré en forma de libro. Y en esto que la semana pasada andaba yo haciendo un mapa del barrio que enlazara los artículos desde las calles mismas…y caí en que aquello ya era un libro. Un libro con un índice en forma de mapa, un libro que se navega con enlaces (nada novedoso) y las flechas del navegador.

Los anaqueles de las librerías están repletos de libros que nos son otra cosa que la recopilación oportunista de artículos sobre un tema, de un autor, de cuentos previamente publicados, etc. En muchos casos estos contenidos ya estaban disponibles en la red ¿Es una recopilación de enlaces el índice de un libro distribuido? ¿por qué no? Es, desde luego, una unidad de contenido accesible de forma unitaria, lo que, aunque me lo he sacado de la manga, podría ser una definición válida de libro. Creo yo.

De los próximos años espero un poco más de audacia para matar al libro y parir libros, espero que seamos capaces de exprimir las posibilidades del transmedia, de inventar conjuntos de ideas sobre los que no tengo ahora mismo ni la más remota idea.

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No podemos dejar de ser exuberantes. Una respuesta a la declaración de huelga de la Comisión de Extensión Internacional de Sol

La Comisión de Extensión Internacional de Sol se ha declarado en huelga de actividades. Se declara en jornada de reflexión-activa indefinida.

En un texto en el que constata que el 15M ha perdido visibilidad y participación, se pregunta si no será más productivo parar la actividad dispersa de “cientos de grupúsculos” para volver a juntarnos todos. La declaración Extensión Internacional tiene la virtud de plantear preguntas necesarias pero en mi opinión yerra en su única conclusión.

La semana pasada en mi barrio –Tetuán- tuvimos una charla sobre Renta Básica, otra sobre okupación, la reunión para formar un grupo de consumo (van dos) y volvimos a hacer un mercadillo de trueque, esta vez con los niños por protagonistas. Además salió el tercer número de un periódico en papel que cada vez nos queda más gordo, nos emocionamos con las palabras de Tati Almeida, madre de la Plaza de Mayo que tuvo la gentileza de visitarnos, y acabamos la asamblea bailando desenfrenadamente.

Cada una de esas actividades es un pasito minúsculo pero irrenunciable para hacer un Tetuán mejor, y por ende, también un mundo mejor. Cada una de esas actividades es una partícula de ánimo que nos empuja a seguir luchando y que consigue tensar las fibras de una comunidad incipiente.

Y todas estas acciones son posibles gracias al trabajo entre semana de la gente en las comisiones, en los bares, que son nuestros cuarteles de invierno, o en la red. Sin ese compromiso, activista si se quiere, esos pasitos son imposibles. No hubiera sido posible bailar sin el trabajo de las compas de Dinamización.

Personalmente, lo que más me preocupa del texto es que pone en evidencia una pequeña (o gran) tragedia del 15M, que es su dependencia anímica de la masa. Es un poco lo que los críticos más inteligentes llaman movimentismo o emocionalidad. Pero la multitud puede ser inteligente e incendiaria en vórtices impredecibles como los del 15 de mayo, y mientras los preparamos (mejor que los esperamos), necesitamos seguir construyendo en espacios que no por dejar de ser masivos, son menos colectivos.

No me cabe duda de que habrá otro 19 de Octubre, una cita masiva preparada con mimo e inteligencia, y allí nos encontraremos con viejos amigos a los que faltan el tiempo o las fuerzas para sumarse cada semana, o que están dando pasitos en otros lugares. Enjambres, gotas de agua y electrones libres. Yo mismo, que he intentado comprometerme, he llegado desinflado al final del año, pero miro las suelas de mis zapatos y puedo sonreir orgulloso de su desgaste.

Si en algo atina por completo el texto es en la necesidad de ser inclusivo con ese 99% del que hablan en OWS, pero la vía debe ser la de acoger la diversidad, asumir que hay muchos 15M y que seguimos a la búsqueda de ese sujeto que defina lo que tenemos en común. No podemos echar el freno para no expulsar a gente, tenemos que unir gente a la marcha. Necesitamos un 99% exuberante, de nada nos sirve uno escuálido.

Con lo de parar a tomar perspectiva y reflexionar también estoy de acuerdo, pero me temo que no en el mismo sentido que yo entiendo pretenden las autoras del texto. Donde ellas hablan de dejar el trabajo de las comisiones y las asambleas, yo pienso en dejar de movernos como pollo sin cabeza en decenas de desgastantes concentraciones que tienen como objetivo más dejarse ver que construir o proponer. Seamos más certeros en nuestros golpes y más constructivos en nuestras propuestas. Construyamos lo común al paso que exigimos lo público.

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