No es la velocidad, es la excepcionalidad

No tengo ni la menor idea sobre la incidencia real que en términos de consumo energético que puede tener la famosa bajada de velocidad máxima; tampoco atisbo a saber si el escenario internacional lo exige ni si detrás hay, como apuntan, una próxima campaña a favor de los coches eléctricos. Sólo tengo clara una sensación: el mensaje que se apuntala es del de la excepcionalidad, la creación de un clima en el que las decisiones anormales se justifiquen como normales porque la coyuntura lo precisa. Lo de los coches es lo de menos, personalmente creo que es una locura que cada familia española tenga un par de coches en el garaje, pero la sensación de intentar flotar sobre arenas movedizas no hay sociedad que la aguante.

Ni una cosa ni la otra

Una de las características que se me antojan más sanas de las revoluciones corrientes en el mundo árabe (porque están sucediendo, no por habituales) es que no sienten fascinación por el vecino occidental, como creo si sucedió en un escenario sobre los escombros del muro en las revoluciones de colores de Europa del Este. A ver si son capaces (y les dejan) de construir una nueva y mejor forma de vida democrática, sin el reflejo de la nuestra. Por pedir que no quede.

PPLeaks

Incansable está el Bassi, ahora nos sale con PPLeaks. La divulgación se hará con la metodología del maestro provocador: histrionismo, frases dichas con todas las letras y una pizca de demagogia de combate. Arde en deseos de ver si de esto sale algo.

Las viejas imprentas

“Nada que no sea ficción vende más de 500 unidades, de manera que el sistema de producción tradicional carece por completo de sentido”. Joaquín Rodriguez enumera las razones de por que la actual industria editorial está en un callejón sin salida y la única salida es la impresión a demanda. Yo creo que, siendo verdad esto en general, la vieja impresión – muy superior a la digital – tiene aún cabida en el siglo XXI: será la eliminación de intermediarios y la consagración del libro en papel como un objeto de valor afectivo lo que -en paralelo al consumo masivo de lectura en digital- las resituará en el mapa.

El escritorio como metáfora social

Una metáfora no tan absurda como podría parecer en principio.

No suelo mirar las estadísticas de las webs, es algo que me aburre bastante, pero hoy mirando las de Somos Malasaña me he fijado en una cosa: sólo un 30% de los usuarios entra con Internet Explorer (36,29 Firefox, como 18,5 Chrome, casi 12% Safari y luego otros que incluyen los de los móviles).

Recuerdo que hace poco, realmente poco ¿tres años? El dominio de Internet Explorer era tan absoluto que los usuarios menos expertos hablaban de “abrir Internet” cuando clickaban en la e azul del escritorio. Parecía una de aquellas batallas eternamente ganadas por Microsoft.

Miramos alrededor y vemos un montón de batallas de estas ¿monarquía? ¿bipartidismo? ¿Moubarak? –pensarían hace nada muchos egipcios. Cada cual que añada la que quiera. Mirando hoy las estadísticas me ha dado por sonreir y ser un poco más optimista. Nos quedan muchas torres por ver caer…así que pongámonos manos a la obra con la batalla.

No cambiarás los medios

Vivimos tiempos de autoritarismo contagioso. El foco está en el estado, se propaga por los medios de comunicación y prende en la ¿ciudadanía? ¿o la vía es otra? Igual da. En los últimos días hemos vivido el despido de Vigalondo de El País por hacer una parodia del holocausto (fuera del curro), ahora me llega también noticia de que no se emite un vídeoclip de Eric Fuentes en el que salen unos encapuchados tras una mesa.

No nos engañemos, los medios de comunicación son empresas privadas que –siempre de forma acorde con la legislación, eso sí- pueden elegir con quien cuentan, qué cuentan y cómo lo cuentan. Pero tiene una segunda parte, esto mismo tiene que ponernos en alerta de que precisamente porque son empresas privadas sujetas a unos intereses debemos alejarnos del mito del buen periodismo independiente. Es absurdo querer reformar los medios, sale más a cuenta darles la espalda.

Al final quedan las historias

Tributo a muelle


Aún algo cansado y con esas agujetas en la atención, que suelen dejar “los días de después” los compañeros de SOMOS empezamos a coser las pequeñas historias recogidas el otro día durante la larga jornada de pintura y encuentro en Malasaña. Durante las muchas horas que estuvimos debatiendo con vecinos, atendiendo a medios, disfrutando de la cercanía con los artistas y sobre todo conociendo a lectores y vecinos, nos quedamos con las historias que seguro seguiremos comentando pasados los años.

Aunque cualquiera que se pasara el domingo por Malasaña se pudo llevar -creo- la sensación de que la iniciativa transcurrió plácidamente bajo el sol de un magnífico día soleado de invierno, en el backstage lidiábamos con los inevitables desajustes en una actividad que involucraba a varios cientos de personas entre pintores, comerciantes y asistentes. Hubo, por ejemplo, un grupo de geniales y locos artistas de Bristol que llegaron para la cita unos días antes y pintaron medio barrio por su cuenta (con el permiso de los comerciantes…casi siempre). El caso es que como pintaban de puta madre al día siguiente se puso en contacto con nosotros un tendero de Espíritu Santo que en principio no participaba en Persianas Libres para agradecernos el trabajito. Nosotros por supuesto explicamos que sólo hemos tenido que ver con lo que los geniales ingleses han pintado dentro de programa. No faltó también algún que otro incidente desagradable por parte de uno boicoteadores que vinieron a amenazar a algún pintor con sacudirle si le borraban sus firmas. Pecata minuta que no consiguió empañar el día.

Y fueron muchas las historias entrañables, desde el que estaba de visita con su familia en El Rastro y cuando se enteró de la iniciativa se vino corriendo al barrio porque quería participar, hasta la chica de diecisiete años que vino a pintar con sus padres, o la familia que llegó para preguntar “dónde estaban el graffittero que pintaba patos”, y es que al parecer su hijo de doce años “lleva años coleccionándolos”. La Corredera, la Plaza de San Ildefonso y el resto de calles de alrededor fueron un hervidero de comentarios, corrillos y felicitaciones a los artistas. También hubo mucho debate sobre el tema del graffiti (omnipresente en este barrio) y seguramente algunos graffiteros y vecinos pudieron matizar sus posiciones.

Para nosotros, como periódico, la posibilidad de ser un poquito más un nodo del barrio. Que es de los que se trataba.

Vazquez-Rial sigue dando el coñazo

Detesto a esa generación de conversos izquierdistas que han dado la vuelta completa al arco político para convertirse en furibundos derechistas y van dando lecciones al mundo en plan “yo estuve ahí, salí nadando del archipiélago gulag y ahora le comunico al mundo lo dañina que es cualquier manifestación de izquierdismo y el gran fracaso de todos los proyectos de izquierda” El que fracasaste fuiste tu tío, déjanos vivir a los demás tranquilos.

Esta parrafada viene a cuento de la reedición de La izquierda reaccionaria, que dicen por ahí se reedita de manera novedosa . Lo venden online en distintos formatos y lo promocionan en redes sociales ¡toma novedad de la buena!